![Imagen](/uploads/5/4/0/0/54004143/published/035fa249fcdf21231e5cdd4243032279-youtuber-hunters.jpg?1504877657)
Nombre: Clark Fsing
Avatar: Hunter Rowland
Enfermedad Psicológica: Terrores del Sueño
Historia: Era de una familia alemana y de la alta sociedad, pero Clark a sus apenas once años de edad siempre había tratado de ser lo más humilde posible y cuidar de sus dos hermanos menores, Silence y Mien (Ver Fichas en Voodoo), el primero en ese momento tenía nueve años y el último se encontraba con la edad de seis años. Su vida siempre fue puras cosas materiales pero poco cariño, el típico cliché que pasaban todos los hijos de padres ricos.
Por desgracia, un año después, el día de su cumpleaños, los padres de Clark habían muerto a manos de unos asesinos y a sangre fría dentro de la casa.
[...]
Eran las 9:00 PM y ya iban a acostarse a dormir, cuando se escuchó un fuerte toque en la puerta, su madre con toda la delicadeza abrió la puerta y abrió los ojos como platos al verse apuntada con una pistola en su cabeza, sin ningún remordimiento el asesino que tenía la arma de fuego en la mano le disparó, matándola instantáneamente. Clark logró ver aquella muerte con sus propios ojos, al igual que su padre, sus otros hermanos ya estaban durmiendo placenteramente. Los pies del chico trastabillaron hacia atrás, perdiendo el equilibrio, pero pudiendo agarrarse de las barandillas de las escaleras y subir con gran rapidez, trancándose en su cuarto, en donde dormían los otros dos más pequeños. El mayor de los hermanos Fsing estaba apoyado en la puerta temblando del miedo cuando escuchó otro disparo y supo lo que pudo haber ocurrido allá abajo, todo fue tranquilidad, pero de un momento a otro, la puerta se abrió de un golpetazo, tumbando al muchacho de boca y los criminales adentrándose al cuarto y el de la izquierda prendiendo la luz.
Estaba entre la espada y la pared, cerró los ojos tragando saliva, sus hermanos estaban despiertos y al darse cuenta de que los apuntaban se pusieron detrás del único defensor que quedaba.
—Por favor no nos maten... Se los suplicamos. Se pueden quedar con todo. —Suscitó Clark en modo de suplica. Estos los encerraron, pero el sonido de una sirena alarmó a aquellos maleantes con pasamontañas, así que el que tenía el arma entre sus manos, disparó al azar sin saber a que le logró dar, hasta que los policías los detuvieron, tirándolos al suelo y poniéndole las esposas, sin antes quitar de sus manos lo que había asesinado a los que le concibieron. El de ojos color verde y cabello castaño, al voltear su cara se encontró con su hermano Mien herido y sangrando por su brazo, tirado en el frío suelo, quejándose del dolor. Clark sin pensarlo se acercó a uno de los policías para alertarle de lo que le había ocurrido a su hermano.
Pasaron minutos y ya la ambulancia se estaba llevando a su hermano al hospital, para curarlo y dejar que no muera. Se quedó llorando, confundido, casi arrancándose el cabello de la furia que sentía por no haber podido hacer nada.
Los llevaron a la comisaría a declarar y el mayor explicó cada y una de las cosas que ocurrieron y logró escuchar. Quedó traumado, sin duda, pero no como se creía. Dentro de él se creaba un trastorno que más adelante haría que pasara por aquel portal.
[...]
Ya tenía quince años ahora, con sus hermanos vivos y él que los cuidaba de cualquier acontecimiento o llanto que le salían al acordarse de sus padres y ese episodio traumático, consolándolo como pudiera.
Ahora estaban en un orfanato, ya que no les quedaba ninguno de sus otros familiares. Sólos en aquella estancia, sin ninguna esperanza de ser adoptado, antes de que Clark crezca y cumpla la mayoría de edad, donde se tendría que largar. Así pasaron días, semanas, hasta llegar a un año, donde se terminó de desarrollar su afección mental
[...]
Estaba dormido plenamente, cuando de repente se movía con furia, tratando de escapar de algo, sudando como nunca y moviéndose de un lado a otro, su respiración se hacia más rápida y sus latidos se aceleraban considerablemente, casi como si le fuese a dar un infarto. De repente el de ahora dieciseis años, se colocó en posición vertical en la cama, jadeando y pegando un grito fuerte, miró a su al rededor, viendo a sus hermanos alarmados por él, pero éste no los reconocía, no se acordaba de nada, tampoco del sueño. Sin esperar y ni preguntar que hacia ahí, se volvió a acostar, cerrando sus orbes para inconscientemente caer en los brazos de Morfeo.
Al día siguiente, al despertarse e ir a desayunar sus hermanos estaban a sus lados, mirándolo detenidamente, mientras el mayor comía placenteramente hasta que se dio cuenta de las oteadas fijas que les daban los otros dos.
—¿Algo que quieran decirme? —Interrogó Clark.
—Si. ¿Por qué ayer gritaste y te despertaste así? —Silence, el hermano del medio esperaba la respuesta con cierta curiosidad.
—Ustedes están locos. Seguramente no fui yo.
Los otros se encogieron de hombros, sin darle importancia a eso, seguramente fue una broma que les quiso hacer Clark.
[...]
Desde varios meses atrás, venían con algo de frecuencia esos Terrores del sueño. Pero ese sería el peor que le hubiera dado en toda su vida.
Ya estaban cenando, todos callados como siempre lo hacían, no los dejaban hablar durante la comida y después de comer se iba cada quien a su respectiva cama. Terminaron, llevaron los platos a la cocinera para que fregaran y ya nadie había afuera de sus cuartos.
Horas después, aproximadamente a las 2:35 AM, cuando todos estaban en el quinto sueño, menos Silence, que por miedo a lo que le pasaba su hermano en las noches se quedó despierto, vigilando, por un mal presentimiento vio como se movía Clark de un lado a otro, dando patadas, golpes y hasta tratando de protegerse de algo irreal.
El del medio tocó el cuerpo de su hermano para ver si despertaba, seguramente eran pesadillas, él era el que había quedado más afectado después de lo de hace unos años atrás, pero al ver como abrió los ojos, se abalanzó encima de éste, golpeándole fuertemente de la cara y tirandolo en el suelo, con su labio roto. Avistando como su hermano salía corriendo a la puerta como un loco, tratando de abrirla y de repente ya no estaba ahí, había desaparecido. Se encontraba en Wishville, convirtiéndose en uno de esos muñequitos que viven en el pantano, nombrado como Swampvo.
Especie: Voodoo
Edad: 16 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)
Avatar: Hunter Rowland
Enfermedad Psicológica: Terrores del Sueño
Historia: Era de una familia alemana y de la alta sociedad, pero Clark a sus apenas once años de edad siempre había tratado de ser lo más humilde posible y cuidar de sus dos hermanos menores, Silence y Mien (Ver Fichas en Voodoo), el primero en ese momento tenía nueve años y el último se encontraba con la edad de seis años. Su vida siempre fue puras cosas materiales pero poco cariño, el típico cliché que pasaban todos los hijos de padres ricos.
Por desgracia, un año después, el día de su cumpleaños, los padres de Clark habían muerto a manos de unos asesinos y a sangre fría dentro de la casa.
[...]
Eran las 9:00 PM y ya iban a acostarse a dormir, cuando se escuchó un fuerte toque en la puerta, su madre con toda la delicadeza abrió la puerta y abrió los ojos como platos al verse apuntada con una pistola en su cabeza, sin ningún remordimiento el asesino que tenía la arma de fuego en la mano le disparó, matándola instantáneamente. Clark logró ver aquella muerte con sus propios ojos, al igual que su padre, sus otros hermanos ya estaban durmiendo placenteramente. Los pies del chico trastabillaron hacia atrás, perdiendo el equilibrio, pero pudiendo agarrarse de las barandillas de las escaleras y subir con gran rapidez, trancándose en su cuarto, en donde dormían los otros dos más pequeños. El mayor de los hermanos Fsing estaba apoyado en la puerta temblando del miedo cuando escuchó otro disparo y supo lo que pudo haber ocurrido allá abajo, todo fue tranquilidad, pero de un momento a otro, la puerta se abrió de un golpetazo, tumbando al muchacho de boca y los criminales adentrándose al cuarto y el de la izquierda prendiendo la luz.
Estaba entre la espada y la pared, cerró los ojos tragando saliva, sus hermanos estaban despiertos y al darse cuenta de que los apuntaban se pusieron detrás del único defensor que quedaba.
—Por favor no nos maten... Se los suplicamos. Se pueden quedar con todo. —Suscitó Clark en modo de suplica. Estos los encerraron, pero el sonido de una sirena alarmó a aquellos maleantes con pasamontañas, así que el que tenía el arma entre sus manos, disparó al azar sin saber a que le logró dar, hasta que los policías los detuvieron, tirándolos al suelo y poniéndole las esposas, sin antes quitar de sus manos lo que había asesinado a los que le concibieron. El de ojos color verde y cabello castaño, al voltear su cara se encontró con su hermano Mien herido y sangrando por su brazo, tirado en el frío suelo, quejándose del dolor. Clark sin pensarlo se acercó a uno de los policías para alertarle de lo que le había ocurrido a su hermano.
Pasaron minutos y ya la ambulancia se estaba llevando a su hermano al hospital, para curarlo y dejar que no muera. Se quedó llorando, confundido, casi arrancándose el cabello de la furia que sentía por no haber podido hacer nada.
Los llevaron a la comisaría a declarar y el mayor explicó cada y una de las cosas que ocurrieron y logró escuchar. Quedó traumado, sin duda, pero no como se creía. Dentro de él se creaba un trastorno que más adelante haría que pasara por aquel portal.
[...]
Ya tenía quince años ahora, con sus hermanos vivos y él que los cuidaba de cualquier acontecimiento o llanto que le salían al acordarse de sus padres y ese episodio traumático, consolándolo como pudiera.
Ahora estaban en un orfanato, ya que no les quedaba ninguno de sus otros familiares. Sólos en aquella estancia, sin ninguna esperanza de ser adoptado, antes de que Clark crezca y cumpla la mayoría de edad, donde se tendría que largar. Así pasaron días, semanas, hasta llegar a un año, donde se terminó de desarrollar su afección mental
[...]
Estaba dormido plenamente, cuando de repente se movía con furia, tratando de escapar de algo, sudando como nunca y moviéndose de un lado a otro, su respiración se hacia más rápida y sus latidos se aceleraban considerablemente, casi como si le fuese a dar un infarto. De repente el de ahora dieciseis años, se colocó en posición vertical en la cama, jadeando y pegando un grito fuerte, miró a su al rededor, viendo a sus hermanos alarmados por él, pero éste no los reconocía, no se acordaba de nada, tampoco del sueño. Sin esperar y ni preguntar que hacia ahí, se volvió a acostar, cerrando sus orbes para inconscientemente caer en los brazos de Morfeo.
Al día siguiente, al despertarse e ir a desayunar sus hermanos estaban a sus lados, mirándolo detenidamente, mientras el mayor comía placenteramente hasta que se dio cuenta de las oteadas fijas que les daban los otros dos.
—¿Algo que quieran decirme? —Interrogó Clark.
—Si. ¿Por qué ayer gritaste y te despertaste así? —Silence, el hermano del medio esperaba la respuesta con cierta curiosidad.
—Ustedes están locos. Seguramente no fui yo.
Los otros se encogieron de hombros, sin darle importancia a eso, seguramente fue una broma que les quiso hacer Clark.
[...]
Desde varios meses atrás, venían con algo de frecuencia esos Terrores del sueño. Pero ese sería el peor que le hubiera dado en toda su vida.
Ya estaban cenando, todos callados como siempre lo hacían, no los dejaban hablar durante la comida y después de comer se iba cada quien a su respectiva cama. Terminaron, llevaron los platos a la cocinera para que fregaran y ya nadie había afuera de sus cuartos.
Horas después, aproximadamente a las 2:35 AM, cuando todos estaban en el quinto sueño, menos Silence, que por miedo a lo que le pasaba su hermano en las noches se quedó despierto, vigilando, por un mal presentimiento vio como se movía Clark de un lado a otro, dando patadas, golpes y hasta tratando de protegerse de algo irreal.
El del medio tocó el cuerpo de su hermano para ver si despertaba, seguramente eran pesadillas, él era el que había quedado más afectado después de lo de hace unos años atrás, pero al ver como abrió los ojos, se abalanzó encima de éste, golpeándole fuertemente de la cara y tirandolo en el suelo, con su labio roto. Avistando como su hermano salía corriendo a la puerta como un loco, tratando de abrirla y de repente ya no estaba ahí, había desaparecido. Se encontraba en Wishville, convirtiéndose en uno de esos muñequitos que viven en el pantano, nombrado como Swampvo.
Especie: Voodoo
Edad: 16 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)
![Imagen](/uploads/5/4/0/0/54004143/bloggif-5a08741fd9d8e-iloveimg-cropped-iloveimg-resized_orig.gif)
Nombre: Silence Fsing
Avatar: Brandon Rowland
Enfermedad Psicológica: Neurastenia
Historia: (Para complementar esta historia tendrán que leer la ficha de su hermano Clark. Voodoo)
Los acontecimientos desde pequeños; primero la muerte de sus padres, seguido de que ahora vivían en un orfanato y al tener sus catorce años su hermano había desaparecido por arte de magia, sin dejar ningún rastro de su paradero.
Fue algo tan extraño que dejó a Silencie tan confundido, se podía decir triste y es que era tan allegado a sus hermanos que lo afectó psicológicamente. Debido a estos cambios en su vida demasiado repentinos, concebió un trastorno llamado neurastenia. Al esforzar sus pensamientos o a hacer mucha fuerza física como cargar a su hermano en su espalda como siempre hacia para jugar, ahora sentía breves incomodidades en su cuerpo y también dolores en este mismo. No le prestó atención al asunto y siguió con los mismos juegos y esfuerzos mentales.
Un día de esos, de tantos pensamientos acumulados, investigando en donde podía estar su hermano, le dio un mareo algo fuerte en el que veía como todo se movía a su alrededor. Se apoyó de la pared de madera, hasta que pasó el evento. Pero después éste mismo, ya que se dirigía a comer, sufrió una dispepsia, que era uno de los síntomas de la afección que estaba sufriendo y a causa de esto después de alimentarse, se tenía que acostar con un ardor, o cambiaba a náuseas ,o solamente una pesadez en su estómago. También era algo irritable, que hasta hacia llorar a su hermano 3 años menor por lo fastidioso que podía ser que le repitiera sin parar que jugaran cuando él ya no quería. Se aisló de todos, hasta de su hermano, quedándose la mayoría del tiempo en su cuarto y apenas saliendo para comer, que hasta ya no lo hacia algunas veces para no sentir aquellos dolores de estómago.
[...]
Su trastorno había aumentado más, ahora sufría de insomnio. No podía dormir nada bien, hasta cambios repentinos de que mientras caminaba bostezaba o que dormitaba muchas horas dentro de su cuarto que hacia que las señoras que cuidaban en el orfanato se preocuparan por sus problemas alimenticios y del sueño. Algo que no le gustaba para nada. ¿Qué le podría estar pasando? Se hacían esa interrogante cada una de las cuidadoras del orfanato. Pero igual quisieron hacerle caso omiso a los eventos ocurridos con Silence, ya que no querían tener un estrés montado encima, cuando habían más de treinta y cinco niños que necesitaban de un cuidado igual que él.
—Ya no es lo mismo... ¿Por qué no sales de este espantoso cuarto, Silence? —Dice el pequeño rascando su mejilla asustado por como pudiera reaccionar.
Sil, como le solían llamar antes de que se pusiera tan amargado, le dedicó una mirada intimidante y le señaló la puerta para que se fuera por donde vino. El pequeñajo hizo lo que su hermano le indicó con la cabeza gacha.
Otra vez un poco de esfuerzo más ejercido por tantos problemas que su cabeza trataba de solucionar. Más cosas, más peleas con Min y desgraciadamente ya había bajado considerablemente de peso, aunque no estaba tan flaco para llegar a notarse sus huesos. Eso le asustaba hasta el mismo, pero aguantar aquellos dolores era muy fatídico. Sin embargo, era último día de su instancia ahí, ya que horas después llegaría al otro mundo donde tendría una segunda oportunidad, se decidió a comer nada más que el almuerzo. Ingirió su comida con algo de rapidez, luego sintió el mismo dolor de siempre e iba hacia el cuarto.
[...]
Sus pequeños pasos alrededor de la habitación eran fastidiosos, no salió a cenar, así que por eso estaba sólo en el cuarto donde dormía la mayoría de sus amigos. Sintió un mareo repentino, mucho más fuerte que los demás, las vueltas eran más rápidas y trataba de agarrarse de algo, pero lo único que hizo fue romper una lámpara quedando sin luz el cuarto, sonó un fuerte golpe después y el muchacho resultaba que se había golpeado fuertemente la coronilla con la cabezera de la cama, durmiendo placenteramente para no sentir nada. Dentro de él, sintió como algo fue abierto y su corazón fue la llave para abrir el portal de Wishville. Antes de darle el total infarto por una subida de tensión, hubo una segunda oportunidad para él.
Especie: Voodoo
Edad: 14 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)
Avatar: Brandon Rowland
Enfermedad Psicológica: Neurastenia
Historia: (Para complementar esta historia tendrán que leer la ficha de su hermano Clark. Voodoo)
Los acontecimientos desde pequeños; primero la muerte de sus padres, seguido de que ahora vivían en un orfanato y al tener sus catorce años su hermano había desaparecido por arte de magia, sin dejar ningún rastro de su paradero.
Fue algo tan extraño que dejó a Silencie tan confundido, se podía decir triste y es que era tan allegado a sus hermanos que lo afectó psicológicamente. Debido a estos cambios en su vida demasiado repentinos, concebió un trastorno llamado neurastenia. Al esforzar sus pensamientos o a hacer mucha fuerza física como cargar a su hermano en su espalda como siempre hacia para jugar, ahora sentía breves incomodidades en su cuerpo y también dolores en este mismo. No le prestó atención al asunto y siguió con los mismos juegos y esfuerzos mentales.
Un día de esos, de tantos pensamientos acumulados, investigando en donde podía estar su hermano, le dio un mareo algo fuerte en el que veía como todo se movía a su alrededor. Se apoyó de la pared de madera, hasta que pasó el evento. Pero después éste mismo, ya que se dirigía a comer, sufrió una dispepsia, que era uno de los síntomas de la afección que estaba sufriendo y a causa de esto después de alimentarse, se tenía que acostar con un ardor, o cambiaba a náuseas ,o solamente una pesadez en su estómago. También era algo irritable, que hasta hacia llorar a su hermano 3 años menor por lo fastidioso que podía ser que le repitiera sin parar que jugaran cuando él ya no quería. Se aisló de todos, hasta de su hermano, quedándose la mayoría del tiempo en su cuarto y apenas saliendo para comer, que hasta ya no lo hacia algunas veces para no sentir aquellos dolores de estómago.
[...]
Su trastorno había aumentado más, ahora sufría de insomnio. No podía dormir nada bien, hasta cambios repentinos de que mientras caminaba bostezaba o que dormitaba muchas horas dentro de su cuarto que hacia que las señoras que cuidaban en el orfanato se preocuparan por sus problemas alimenticios y del sueño. Algo que no le gustaba para nada. ¿Qué le podría estar pasando? Se hacían esa interrogante cada una de las cuidadoras del orfanato. Pero igual quisieron hacerle caso omiso a los eventos ocurridos con Silence, ya que no querían tener un estrés montado encima, cuando habían más de treinta y cinco niños que necesitaban de un cuidado igual que él.
—Ya no es lo mismo... ¿Por qué no sales de este espantoso cuarto, Silence? —Dice el pequeño rascando su mejilla asustado por como pudiera reaccionar.
Sil, como le solían llamar antes de que se pusiera tan amargado, le dedicó una mirada intimidante y le señaló la puerta para que se fuera por donde vino. El pequeñajo hizo lo que su hermano le indicó con la cabeza gacha.
Otra vez un poco de esfuerzo más ejercido por tantos problemas que su cabeza trataba de solucionar. Más cosas, más peleas con Min y desgraciadamente ya había bajado considerablemente de peso, aunque no estaba tan flaco para llegar a notarse sus huesos. Eso le asustaba hasta el mismo, pero aguantar aquellos dolores era muy fatídico. Sin embargo, era último día de su instancia ahí, ya que horas después llegaría al otro mundo donde tendría una segunda oportunidad, se decidió a comer nada más que el almuerzo. Ingirió su comida con algo de rapidez, luego sintió el mismo dolor de siempre e iba hacia el cuarto.
[...]
Sus pequeños pasos alrededor de la habitación eran fastidiosos, no salió a cenar, así que por eso estaba sólo en el cuarto donde dormía la mayoría de sus amigos. Sintió un mareo repentino, mucho más fuerte que los demás, las vueltas eran más rápidas y trataba de agarrarse de algo, pero lo único que hizo fue romper una lámpara quedando sin luz el cuarto, sonó un fuerte golpe después y el muchacho resultaba que se había golpeado fuertemente la coronilla con la cabezera de la cama, durmiendo placenteramente para no sentir nada. Dentro de él, sintió como algo fue abierto y su corazón fue la llave para abrir el portal de Wishville. Antes de darle el total infarto por una subida de tensión, hubo una segunda oportunidad para él.
Especie: Voodoo
Edad: 14 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)
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Nombre: Min Fsing
Avatar: Ashton Rowland
Enfermedad Psicológica: Convulsiones Disociativas (Sin Movimientos) (TIENE QUE MODIFICARSE)
Historia: (Para complementar esta historia se tendrá que leer la de sus otros dos hermanos Voodoos.)
Ya había perdido a toda su familia, no tenía a nadie. Estaba sólo y lloraba todos los días el más joven de los Sfing, se sentía tan sólo, tan apagado, tan alejado de todos los que le querían. Tenía amigos si, pero no era igual como cuando jugaba con sus hermanos. Después de un tiempo, podemos decir un mes después de la desaparición de su hermano, faltaban pocos días para tener los 12 años, algo que era lo que más le emocionaba al pequeño Min y por eso no colocaba esa cara de depresión, sino que tenía un brillo que se notaba a mucha distancia en sus ojos de color azul.
[...]
Faltaban apenas 3 días para que el muchacho tuviera un año más de vida. Después de la cena, al terminar de comer como pudo, ya que no comía muy bien después de tantos acontecimientos que pasaban por su mente con tanta frecuencia, se fue a acostar como era común, muy temprano. Le daba sueño con rapidez, sus ojos se cerraron y quedó en un profundo sueño en pocos segundos. Los demás muchachos que dormitaban allí entraron minutos después quedando igual.
Todo comenzó a la 1:15 AM, donde se despertó Min, pero al tratar de moverse no pudo hacerlo, se quedó paralizado y con un pequeño hormigueo en sus manos, quería gritar y no podía. Podía decirse que había sufrido una "Parálisis del sueño", pero eso no era lo que le pasaba. Comenzó a sufrir unas Convulsiones Disociativas.
Quería poder moverse, ni siquiera las lágrimas le salían, era estar totalmente paralizado y que tu cuerpo no reaccionara a los estímulos que le trataba de hacer, asustado, frustrado, aterrado, todos los sentimientos juntos, así pasaron varios minutos. 4...5, hasta 6 y logró moverse, ya lo hizo, pero era algo que no podía explicar. ¿Qué había pasado? No se paró de aquella cama, las rarezas ahora venían a el. ¿Le pasaría lo mismo que a sus hermanos? ¿Un monstruo los estaba atacando y se los llevaba así de repente? Se tapó con su cobija, hasta la cabeza, temblando como el niño pequeño que era y más cuando tenía miedo. Sus ojos fuertementes cerrados, se dejó llevar por la segunda idea, que era lo de aquel ente maligno que ahora lo "perseguía a el". Moriría, estaba muy seguro de eso.
[...]
Unas horas antes de que fueran las 12:00 AM para dar comienzo a lo que era su cumpleaños, todos se habían puesto de acuerdo para que dentro de su cuarto le cantaran cumpleaños y no importaba sino hubiera torta o le regañaran, celebrarían el cumpleaños del chico aunque pasara cualquier cosa.
Ahí estaban en la noche, pero por primera vez en su vida, las cuidadoras quisieron hacer algo de una pequeña reunión dentro del cuarto, ya que se habían enterado por esa niña chismosa, cliché de cualquier grupo de amigos. Pero estas no se lo tomaron a mal, más bien le dio algo de ternura dentro de ellas.
Entraban con la torta antes de que comenzarán a cantar y todos aplaudían sorprendidos por aquel regalo que le daban las jefas de la estancia que era su hogar, pusieron una mesa en el medio, colocando el pastel y comenzando a acompañar la pequeña canción con aplausos sonoros.
Comieron torta, rieron. Ya tenía doce años y se sentía tan feliz, algo que no ocurría desde hace muchísimo tiempo. Las miradas de todos se conectaban, hasta tener que irse a dormir. Min salió al baño para orinar y entrando al lugar se cayó al suelo haciendo un ruido sonoro. Pero esto no fue porque se tropezó con algo ni nada, otra vez estaba atacando esa parálisis que le dio hace unos 3 días, el golpe claramente resonó en todo el lugar, ya que también logró tener una contusión en su cabeza. Se escucharon como se abrían las puertas, yendo al origen del ruido, pero al observar en todo el orfanato no había rastro de ello, Min desapareció de la faz de la tierra o así ellos pensaban. Pero en realidad se encontraba en el mejor lugar, en donde no se burlarían de lo que el nunca le quiso contar a sus amigos por miedo a que lo vieran como extraño. Su enfermedad tenía cura, pero dentro de Wishville ya estaban los que se habían corrompido y su afección estaba más que avanzada. Por ahí encontraría a sus hermanos que los recibirían con sus brazos abiertos. Todos estaban juntos de nuevo y eso le hizo tener la misma personalidad juguetona y extrovertida que siempre le ha caracterizado.
Especie: Voodoo
Edad: 12 años.
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)
Avatar: Ashton Rowland
Enfermedad Psicológica: Convulsiones Disociativas (Sin Movimientos) (TIENE QUE MODIFICARSE)
Historia: (Para complementar esta historia se tendrá que leer la de sus otros dos hermanos Voodoos.)
Ya había perdido a toda su familia, no tenía a nadie. Estaba sólo y lloraba todos los días el más joven de los Sfing, se sentía tan sólo, tan apagado, tan alejado de todos los que le querían. Tenía amigos si, pero no era igual como cuando jugaba con sus hermanos. Después de un tiempo, podemos decir un mes después de la desaparición de su hermano, faltaban pocos días para tener los 12 años, algo que era lo que más le emocionaba al pequeño Min y por eso no colocaba esa cara de depresión, sino que tenía un brillo que se notaba a mucha distancia en sus ojos de color azul.
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Faltaban apenas 3 días para que el muchacho tuviera un año más de vida. Después de la cena, al terminar de comer como pudo, ya que no comía muy bien después de tantos acontecimientos que pasaban por su mente con tanta frecuencia, se fue a acostar como era común, muy temprano. Le daba sueño con rapidez, sus ojos se cerraron y quedó en un profundo sueño en pocos segundos. Los demás muchachos que dormitaban allí entraron minutos después quedando igual.
Todo comenzó a la 1:15 AM, donde se despertó Min, pero al tratar de moverse no pudo hacerlo, se quedó paralizado y con un pequeño hormigueo en sus manos, quería gritar y no podía. Podía decirse que había sufrido una "Parálisis del sueño", pero eso no era lo que le pasaba. Comenzó a sufrir unas Convulsiones Disociativas.
Quería poder moverse, ni siquiera las lágrimas le salían, era estar totalmente paralizado y que tu cuerpo no reaccionara a los estímulos que le trataba de hacer, asustado, frustrado, aterrado, todos los sentimientos juntos, así pasaron varios minutos. 4...5, hasta 6 y logró moverse, ya lo hizo, pero era algo que no podía explicar. ¿Qué había pasado? No se paró de aquella cama, las rarezas ahora venían a el. ¿Le pasaría lo mismo que a sus hermanos? ¿Un monstruo los estaba atacando y se los llevaba así de repente? Se tapó con su cobija, hasta la cabeza, temblando como el niño pequeño que era y más cuando tenía miedo. Sus ojos fuertementes cerrados, se dejó llevar por la segunda idea, que era lo de aquel ente maligno que ahora lo "perseguía a el". Moriría, estaba muy seguro de eso.
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Unas horas antes de que fueran las 12:00 AM para dar comienzo a lo que era su cumpleaños, todos se habían puesto de acuerdo para que dentro de su cuarto le cantaran cumpleaños y no importaba sino hubiera torta o le regañaran, celebrarían el cumpleaños del chico aunque pasara cualquier cosa.
Ahí estaban en la noche, pero por primera vez en su vida, las cuidadoras quisieron hacer algo de una pequeña reunión dentro del cuarto, ya que se habían enterado por esa niña chismosa, cliché de cualquier grupo de amigos. Pero estas no se lo tomaron a mal, más bien le dio algo de ternura dentro de ellas.
Entraban con la torta antes de que comenzarán a cantar y todos aplaudían sorprendidos por aquel regalo que le daban las jefas de la estancia que era su hogar, pusieron una mesa en el medio, colocando el pastel y comenzando a acompañar la pequeña canción con aplausos sonoros.
Comieron torta, rieron. Ya tenía doce años y se sentía tan feliz, algo que no ocurría desde hace muchísimo tiempo. Las miradas de todos se conectaban, hasta tener que irse a dormir. Min salió al baño para orinar y entrando al lugar se cayó al suelo haciendo un ruido sonoro. Pero esto no fue porque se tropezó con algo ni nada, otra vez estaba atacando esa parálisis que le dio hace unos 3 días, el golpe claramente resonó en todo el lugar, ya que también logró tener una contusión en su cabeza. Se escucharon como se abrían las puertas, yendo al origen del ruido, pero al observar en todo el orfanato no había rastro de ello, Min desapareció de la faz de la tierra o así ellos pensaban. Pero en realidad se encontraba en el mejor lugar, en donde no se burlarían de lo que el nunca le quiso contar a sus amigos por miedo a que lo vieran como extraño. Su enfermedad tenía cura, pero dentro de Wishville ya estaban los que se habían corrompido y su afección estaba más que avanzada. Por ahí encontraría a sus hermanos que los recibirían con sus brazos abiertos. Todos estaban juntos de nuevo y eso le hizo tener la misma personalidad juguetona y extrovertida que siempre le ha caracterizado.
Especie: Voodoo
Edad: 12 años.
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)
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Nombre: Logan
Avatar: Cameron Boyce
Enfermedad Psicológica: Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
Historia: Nació casi dos meses antes de que se cumplieran los nueve. Al principio creció feliz, casi con normalidad, solo un niño pequeño más que quería comerse el mundo. Pero pronto comenzó su verdadera pesadilla.
Sus padres eran drogadictos, y por lo tanto el consumo de drogas durante el embarazo fue abundante, algo que casi llevó a que Logan muriera aún sin haber salido del vientre. Con el cargo ahora de un niño, y en el lugar pobre en el que vivía, pronto se vieron sin dinero, incluso para comprar aquello a lo que tan adictos estaban. Los nervios, las riñas y las tensiones entre la pareja comenzaron a medida que Logan crecía, observando esa violencia. Y entonces el trastorno comenzó a formarse.
Gracias a la escuela pública, pudo estudiar, pero sus notas comenzaron a bajar y su atención disminuía. Ya ni se molestaba en aparecer por clase. En su defecto se fue al lado de la vida de su padre, como deseando llamar así la atención. Volviéndose impulsivo con el tiempo.
En una de las últimas disputas de sus padres, su mente colapsó mientras buscaba apartar la atención de aquello. Cuando los efectos de lo que tomaba desaparecieron, se dio cuenta de que ya no estaba encerrado en su pequeña y oscura habitación. Ahora estaba en un mundo nuevo, Wishville.
Especie: Voodoo
Edad: 17 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: 17/06/2003
Avatar: Cameron Boyce
Enfermedad Psicológica: Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
Historia: Nació casi dos meses antes de que se cumplieran los nueve. Al principio creció feliz, casi con normalidad, solo un niño pequeño más que quería comerse el mundo. Pero pronto comenzó su verdadera pesadilla.
Sus padres eran drogadictos, y por lo tanto el consumo de drogas durante el embarazo fue abundante, algo que casi llevó a que Logan muriera aún sin haber salido del vientre. Con el cargo ahora de un niño, y en el lugar pobre en el que vivía, pronto se vieron sin dinero, incluso para comprar aquello a lo que tan adictos estaban. Los nervios, las riñas y las tensiones entre la pareja comenzaron a medida que Logan crecía, observando esa violencia. Y entonces el trastorno comenzó a formarse.
Gracias a la escuela pública, pudo estudiar, pero sus notas comenzaron a bajar y su atención disminuía. Ya ni se molestaba en aparecer por clase. En su defecto se fue al lado de la vida de su padre, como deseando llamar así la atención. Volviéndose impulsivo con el tiempo.
En una de las últimas disputas de sus padres, su mente colapsó mientras buscaba apartar la atención de aquello. Cuando los efectos de lo que tomaba desaparecieron, se dio cuenta de que ya no estaba encerrado en su pequeña y oscura habitación. Ahora estaba en un mundo nuevo, Wishville.
Especie: Voodoo
Edad: 17 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: 17/06/2003
![Imagen](/uploads/5/4/0/0/54004143/published/28751254-1289086437894195-4418014737481072640-n.jpeg?1523835711)
Nombre: Sean
Avatar: Marià Casals
Enfermedad Psicológica: Trastorno de ansiedad generalizada y terrores nocturnos
Historia: El 10 de diciembre de 1976 en Estados Unidos, nació un precioso bebé, hijo primero de una familia inglesa, adinerada y conocida en toda la ciudad. Era de esperar, pues, que ese niño saliera un excelente abogado, al igual que su padre, y que el padre de su padre. Tenía al padre ideal, la cantidad perfecta de dinero, y fama con la que poder empezar.
Como se había puesto tanta esperanza en aquel chaval, fue catastrófica la caída que sintieron sus padres al ver que su hijo era pésimo en los estudios. Le costaba horrores prestar atención a clase, y no parecía mejorar con el paso de los años, y por mucho que le fueran cambiando de colegio hasta llegar a meterle en el más prestigioso del lugar.
Su padre, lejos de pensar en llevarle a un psicólogo, decidió tomar una decisión con su madre: quitarle cualquier tipo de amor paternofilial para que viera "lo que le esperaba si continuaba fracasando en sus estudios".
Al no estar en el foco de atención de sus padres, y al no tener ningún tipo de supervisión, no le tomó mucho tiempo entablar una amistad con un vecino suyo, que resultaba ser su compañero en el último colegio al que fue, conocido por todos por ser un bastardo.
Con él se sentía alguien más además de un niño raro al que sus padres no le hacen caso. Sean y Trent no tardaron en hacerse amigos inseparables, que se escapaban a una casa secreta, construida en un árbol.
Muchas veces le invitaba a quedarse a dormir en su casa. Tenían que hacerlo sin que sus padres se dieran cuenta, pero eso nunca supuso ni un problema. Lo único que debían hacer era no hacer mucho ruido, compartir la ración de comida que dejaban en la cocina para Sean, y dormir en la misma cama. Eso le hacía sentir mucho mejor, pues le ayudaba con sus terrores nocturnos.
Una vez, cuando él tenía catorce años, se escaparon una semana entera de casa para vivir en un parque. Trent le confesó sentimientos que Sean correspondía, y entonces empezaron a salir juntos.
Lamentablemente, al volver a casa, su padre decidió castigarle físicamente por evadirse de esa forma de sus clases. Por eso, Sean tuvo que aplicarse día y noche para recuperar el tiempo perdido y para compensar lo que su trastorno de ansiedad generalizada le retrasaba. Al principio no le tomaba tanto tiempo, y podía pasarse las tardes con su novio. Pero, con el paso de los cursos, y con la entrada en la universidad a la temprana edad de dieciséis años, tuvo que distanciarse de él para sacarse la carrera que su padre le decía.
Sin la compañía de la persona con la que más cómodo se sentía, le costó mantener a ralla sus trastornos psicológicos, y suponía que a Trent también le costaba lidiar con sus problemas. Por eso cuando, meses más tarde, recibió un mensaje alarmante suyo, dejó a un lado los exámenes que tenía y volvió corriendo a su vecindario.
Cuando llegó, vio que era demasiado tarde. El colegio estaba en llamas, y de él salía el chico que había causado todo eso. No sabía qué hacer, ni cómo actuar, ni por qué le había dejado causar eso. Lo único que hizo fue abrazarle y besarle por última vez antes de que la policía les disparara a los dos.
Especie: Voodoo
Edad: 17 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 14/11/1991
Avatar: Marià Casals
Enfermedad Psicológica: Trastorno de ansiedad generalizada y terrores nocturnos
Historia: El 10 de diciembre de 1976 en Estados Unidos, nació un precioso bebé, hijo primero de una familia inglesa, adinerada y conocida en toda la ciudad. Era de esperar, pues, que ese niño saliera un excelente abogado, al igual que su padre, y que el padre de su padre. Tenía al padre ideal, la cantidad perfecta de dinero, y fama con la que poder empezar.
Como se había puesto tanta esperanza en aquel chaval, fue catastrófica la caída que sintieron sus padres al ver que su hijo era pésimo en los estudios. Le costaba horrores prestar atención a clase, y no parecía mejorar con el paso de los años, y por mucho que le fueran cambiando de colegio hasta llegar a meterle en el más prestigioso del lugar.
Su padre, lejos de pensar en llevarle a un psicólogo, decidió tomar una decisión con su madre: quitarle cualquier tipo de amor paternofilial para que viera "lo que le esperaba si continuaba fracasando en sus estudios".
Al no estar en el foco de atención de sus padres, y al no tener ningún tipo de supervisión, no le tomó mucho tiempo entablar una amistad con un vecino suyo, que resultaba ser su compañero en el último colegio al que fue, conocido por todos por ser un bastardo.
Con él se sentía alguien más además de un niño raro al que sus padres no le hacen caso. Sean y Trent no tardaron en hacerse amigos inseparables, que se escapaban a una casa secreta, construida en un árbol.
Muchas veces le invitaba a quedarse a dormir en su casa. Tenían que hacerlo sin que sus padres se dieran cuenta, pero eso nunca supuso ni un problema. Lo único que debían hacer era no hacer mucho ruido, compartir la ración de comida que dejaban en la cocina para Sean, y dormir en la misma cama. Eso le hacía sentir mucho mejor, pues le ayudaba con sus terrores nocturnos.
Una vez, cuando él tenía catorce años, se escaparon una semana entera de casa para vivir en un parque. Trent le confesó sentimientos que Sean correspondía, y entonces empezaron a salir juntos.
Lamentablemente, al volver a casa, su padre decidió castigarle físicamente por evadirse de esa forma de sus clases. Por eso, Sean tuvo que aplicarse día y noche para recuperar el tiempo perdido y para compensar lo que su trastorno de ansiedad generalizada le retrasaba. Al principio no le tomaba tanto tiempo, y podía pasarse las tardes con su novio. Pero, con el paso de los cursos, y con la entrada en la universidad a la temprana edad de dieciséis años, tuvo que distanciarse de él para sacarse la carrera que su padre le decía.
Sin la compañía de la persona con la que más cómodo se sentía, le costó mantener a ralla sus trastornos psicológicos, y suponía que a Trent también le costaba lidiar con sus problemas. Por eso cuando, meses más tarde, recibió un mensaje alarmante suyo, dejó a un lado los exámenes que tenía y volvió corriendo a su vecindario.
Cuando llegó, vio que era demasiado tarde. El colegio estaba en llamas, y de él salía el chico que había causado todo eso. No sabía qué hacer, ni cómo actuar, ni por qué le había dejado causar eso. Lo único que hizo fue abrazarle y besarle por última vez antes de que la policía les disparara a los dos.
Especie: Voodoo
Edad: 17 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 14/11/1991
![Imagen](/uploads/5/4/0/0/54004143/published/41fbcff40b6e9a145ced61a093aff0b2.jpeg?1517090468)
Nombre: Anne Coleman
Avatar: Jessica Barden
Enfermedad Psicológica: Locura
Historia: Anne Coleman, nacida un 18 de junio, en el año 2002, con una familia bastante normal en Phoenix, Arizona.
Desde pequeña, Anne siempre vivió en un mundo de fantasía, donde ella era una princesa, una guerrera, a veces que era otra persona, lo que le dificultó mucho durante sus estudios.
━"¿Cómo puedes dejar que la niña siga viviendo en sus fantasías? ¡Debemos hacerla fuerte para el mundo real!" ━ exclamó el padre. Estaba realmente furioso al enterarse de que su única hija era pésima en la escuela, y no dejaba de decir ideas descabelladas.
━"Es una niña...claro que tiene una gran imaginación, no será permanente." ━ responde la madre, tratando de calmar a su marido, que, anteriormente, había abofeteado a la pelirroja de Anne al ver las calificaciones finales.
━"¡Ella es una señorita, debe dejar ese mundo de fantasía de lado, y empezar a enfocarse en lo que más importa!" ━ mientras sus padres -conversaban-, Anne se encontraba en su habitación, con una manta blanca en la cabeza, y otra más pequeña alrededor de su cuerpo como si fuera un vestido. En su mente, imaginaba ser una princesa...la princesa Danna, se hacia llamar.
Pero no todo el tiempo le costaba entender el mundo real, tenía una amiga, llamada Kath. Ambas solían pasar los recesos juntas, y conversaban todo el tiempo, hasta que, cuando Anne cumplió trece años, su amiga tuvo que mudarse a otro país. Durante dos años, Anne volvió a la soledad, haciendo que sus alucinaciones empeoraran aún más.
━"Tiene que convivir que personas de su edad, Margaret. ¡Que haga amigas!" ━ volvió a decir el padre. Estaba realmente harto de la conducta de cierta pelirroja.
━"¡Pero si nadie quiere acercarse a ella, Ed, cómo podrá!" ━ Anne entró en la conversación esa vez, aunque tambaleaba.
━ ¡No estoy loca, padre, no es mi culpa que todos me vean así, y que nadie quiera ser mi amigo! ━ sin darle la oportunidad a sus padres de decir algo más, salió de la casa.
Por fortuna, el vecino de Anne pudo detenerla antes de que se fuera más lejos. Era un chico de unos dieciséis años, aunque iba en su misma aula.
━"¿Anne?" ━ pero, al voltear, la pelirroja no observó a éste, sino un portal. Ella no lo pensó dos veces, y se adentró a el, dejándola en un mundo completamente diferente.
Especie: Voodoo
Edad: 15 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 03/01/2018
Avatar: Jessica Barden
Enfermedad Psicológica: Locura
Historia: Anne Coleman, nacida un 18 de junio, en el año 2002, con una familia bastante normal en Phoenix, Arizona.
Desde pequeña, Anne siempre vivió en un mundo de fantasía, donde ella era una princesa, una guerrera, a veces que era otra persona, lo que le dificultó mucho durante sus estudios.
━"¿Cómo puedes dejar que la niña siga viviendo en sus fantasías? ¡Debemos hacerla fuerte para el mundo real!" ━ exclamó el padre. Estaba realmente furioso al enterarse de que su única hija era pésima en la escuela, y no dejaba de decir ideas descabelladas.
━"Es una niña...claro que tiene una gran imaginación, no será permanente." ━ responde la madre, tratando de calmar a su marido, que, anteriormente, había abofeteado a la pelirroja de Anne al ver las calificaciones finales.
━"¡Ella es una señorita, debe dejar ese mundo de fantasía de lado, y empezar a enfocarse en lo que más importa!" ━ mientras sus padres -conversaban-, Anne se encontraba en su habitación, con una manta blanca en la cabeza, y otra más pequeña alrededor de su cuerpo como si fuera un vestido. En su mente, imaginaba ser una princesa...la princesa Danna, se hacia llamar.
Pero no todo el tiempo le costaba entender el mundo real, tenía una amiga, llamada Kath. Ambas solían pasar los recesos juntas, y conversaban todo el tiempo, hasta que, cuando Anne cumplió trece años, su amiga tuvo que mudarse a otro país. Durante dos años, Anne volvió a la soledad, haciendo que sus alucinaciones empeoraran aún más.
━"Tiene que convivir que personas de su edad, Margaret. ¡Que haga amigas!" ━ volvió a decir el padre. Estaba realmente harto de la conducta de cierta pelirroja.
━"¡Pero si nadie quiere acercarse a ella, Ed, cómo podrá!" ━ Anne entró en la conversación esa vez, aunque tambaleaba.
━ ¡No estoy loca, padre, no es mi culpa que todos me vean así, y que nadie quiera ser mi amigo! ━ sin darle la oportunidad a sus padres de decir algo más, salió de la casa.
Por fortuna, el vecino de Anne pudo detenerla antes de que se fuera más lejos. Era un chico de unos dieciséis años, aunque iba en su misma aula.
━"¿Anne?" ━ pero, al voltear, la pelirroja no observó a éste, sino un portal. Ella no lo pensó dos veces, y se adentró a el, dejándola en un mundo completamente diferente.
Especie: Voodoo
Edad: 15 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 03/01/2018
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Nombre: Violet
Apodo: Givinn
Avatar: Sadie Sink
Enfermedad psicológica: Trastorno de identidad disociativo (TID)
Historia: Violet tuvo una vida normal como cualquier niña llena de amor y cuidado de su familia, lo cual duró hasta la edad de 4 o 5 años más o menos, en que comenzó a desarrollar unos extraños cambios de estado que preocuparon a sus padres, ya que la veían hablando consigo misma sin sentido alguno; por lo cual ellos despreocupados de la situación decidieron abandonarla en un internado para no tener que lidiar con su problema.
Allí su enfermedad continuó avanzando, hasta que le diagnosticaron trastorno de personalidad múltiple, cuando notaron como mantenía diferentes personalidades frente a las situaciones que se le presentaran, poco a poco esto fue avanzado hasta tal punto en que su pequeña mente no halló espacio para esas personalidades que se crearon, produciendo así su entrada a Wishville a la edad de 7 años, donde por su corta edad se convirtió en voodoo, manteniendo sus personalidades e intentando adaptarse a este nuevo mundo.
xPersonalidades:
Ginger: Tiene 12 años. Es tímida y no suele relacionarse con la gente, prefiere mantenerse al margen, con un buen libro y no meterse en problemas, problemas de los que tal vez no podría salir. No soporta ser molestada en sus momentos de lectura. Le gusta el color rojo.
Imogen: Tiene 15 años. Es deportista, siempre activa y dispuesta a hacer que el resto sea igual de activo. No soporta ver como la gente es holgazana, siempre en el sofá sin mover un músculo ni disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Le gusta el color gris.
Violet: Tiene 13 años. Es la personalidad principal. Siempre va por la vida con una sonrisa, es curiosa y le gusta conocer, cuando no sabe sobre alguna cosa siempre irá a por más información. No soporta ver a la gente triste. Es alérgica al cacahuete. Le gusta el color violeta.
Ivy: Tiene 6 años. Es inocente y juguetona, adora los dulces. Su pasión principal es bailar, da igual donde sea y cuando sea, esta pequeña se pondrá a bailar. Tiene una risa contagiosa, la cual suele salir en los momentos menos oportunos. Le gusta el color rosa.
Nancy: Tiene 16 años. Es fría, calculadora y nunca da un paso en falso. Analiza la situación en donde ella siempre pueda salir bien parada. En el caso de que algo no pueda salir como ella desea se retirará con la cabeza bien alta. Le gusta el color negro.
Noelle: Tiene 11 años. Es la más sofisticada de todas. Vive en su pequeño mundo donde ella es la reina del lugar y el resto de mortales deben obedecerla. No importa cual situación se presente, ella buscará la manera de destacarse ante el resto. Le gusta el color verde.
Especie: Voodoo
Edad: 13 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 12/06/2007
Apodo: Givinn
Avatar: Sadie Sink
Enfermedad psicológica: Trastorno de identidad disociativo (TID)
Historia: Violet tuvo una vida normal como cualquier niña llena de amor y cuidado de su familia, lo cual duró hasta la edad de 4 o 5 años más o menos, en que comenzó a desarrollar unos extraños cambios de estado que preocuparon a sus padres, ya que la veían hablando consigo misma sin sentido alguno; por lo cual ellos despreocupados de la situación decidieron abandonarla en un internado para no tener que lidiar con su problema.
Allí su enfermedad continuó avanzando, hasta que le diagnosticaron trastorno de personalidad múltiple, cuando notaron como mantenía diferentes personalidades frente a las situaciones que se le presentaran, poco a poco esto fue avanzado hasta tal punto en que su pequeña mente no halló espacio para esas personalidades que se crearon, produciendo así su entrada a Wishville a la edad de 7 años, donde por su corta edad se convirtió en voodoo, manteniendo sus personalidades e intentando adaptarse a este nuevo mundo.
xPersonalidades:
Ginger: Tiene 12 años. Es tímida y no suele relacionarse con la gente, prefiere mantenerse al margen, con un buen libro y no meterse en problemas, problemas de los que tal vez no podría salir. No soporta ser molestada en sus momentos de lectura. Le gusta el color rojo.
Imogen: Tiene 15 años. Es deportista, siempre activa y dispuesta a hacer que el resto sea igual de activo. No soporta ver como la gente es holgazana, siempre en el sofá sin mover un músculo ni disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Le gusta el color gris.
Violet: Tiene 13 años. Es la personalidad principal. Siempre va por la vida con una sonrisa, es curiosa y le gusta conocer, cuando no sabe sobre alguna cosa siempre irá a por más información. No soporta ver a la gente triste. Es alérgica al cacahuete. Le gusta el color violeta.
Ivy: Tiene 6 años. Es inocente y juguetona, adora los dulces. Su pasión principal es bailar, da igual donde sea y cuando sea, esta pequeña se pondrá a bailar. Tiene una risa contagiosa, la cual suele salir en los momentos menos oportunos. Le gusta el color rosa.
Nancy: Tiene 16 años. Es fría, calculadora y nunca da un paso en falso. Analiza la situación en donde ella siempre pueda salir bien parada. En el caso de que algo no pueda salir como ella desea se retirará con la cabeza bien alta. Le gusta el color negro.
Noelle: Tiene 11 años. Es la más sofisticada de todas. Vive en su pequeño mundo donde ella es la reina del lugar y el resto de mortales deben obedecerla. No importa cual situación se presente, ella buscará la manera de destacarse ante el resto. Le gusta el color verde.
Especie: Voodoo
Edad: 13 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 12/06/2007
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Nombre: Cath
Avatar: Sabrina Carpenter
Enfermedad psicológica: Esquizofrenia y demencia
Historia: Siempre fue una niña demasiado alegre y juguetona, su mayor pasión y característica por la que todos la conocían era su gran imaginación y habilidad para formar grandes historias en su mente, bueno eso era lo que los demás creían que sucedía, solo su imaginación… pero lo que en realidad estaba ocurriendo en ella era que todo lo que decía inventar y crear, en realidad si ocurría debido a que veía y alucinaba estas cosas que según los demás, su mente creaba, junto con diferentes voces que le hablaban en todo momento, especialmente cuando estaba sola.
Sus padres nunca creyeron que era algo real y por eso lo atribuían a su gran imaginación, pero esto poco a poco comenzó a alertarlos cuando ella creció hasta la edad de doce años, cuando seguía diciendo que veía cosas extrañas y demás, que cada vez comenzaban a volverse más terroríficas, pasando desde voces que la obligaban a desobedecer, hasta voces demoníacas que la atormentaban día y noche; sin ningún remedio hacia ellos, sus padres la única opción que vieron fue internarla en un manicomio, tratándola de loca…
Pero grave error ya que esto formó en ella un gran odio hacia sus padres, lo cual se aumentó con la influencia de aquellas voces que le hablaban, ayudándola a escapar y debido a su ira decidió intentar acabar con la vida de sus padres, por suerte, en su trayectoria para cumplir aquel plan, aquella mente de quince años no pudo soportar tanta presión y creó el portal que la llevaría a Wishville, convirtiéndola en voodoo debido a su corta edad.
Especie: Voodoo
Edad: 17 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 09/06/2014
Avatar: Sabrina Carpenter
Enfermedad psicológica: Esquizofrenia y demencia
Historia: Siempre fue una niña demasiado alegre y juguetona, su mayor pasión y característica por la que todos la conocían era su gran imaginación y habilidad para formar grandes historias en su mente, bueno eso era lo que los demás creían que sucedía, solo su imaginación… pero lo que en realidad estaba ocurriendo en ella era que todo lo que decía inventar y crear, en realidad si ocurría debido a que veía y alucinaba estas cosas que según los demás, su mente creaba, junto con diferentes voces que le hablaban en todo momento, especialmente cuando estaba sola.
Sus padres nunca creyeron que era algo real y por eso lo atribuían a su gran imaginación, pero esto poco a poco comenzó a alertarlos cuando ella creció hasta la edad de doce años, cuando seguía diciendo que veía cosas extrañas y demás, que cada vez comenzaban a volverse más terroríficas, pasando desde voces que la obligaban a desobedecer, hasta voces demoníacas que la atormentaban día y noche; sin ningún remedio hacia ellos, sus padres la única opción que vieron fue internarla en un manicomio, tratándola de loca…
Pero grave error ya que esto formó en ella un gran odio hacia sus padres, lo cual se aumentó con la influencia de aquellas voces que le hablaban, ayudándola a escapar y debido a su ira decidió intentar acabar con la vida de sus padres, por suerte, en su trayectoria para cumplir aquel plan, aquella mente de quince años no pudo soportar tanta presión y creó el portal que la llevaría a Wishville, convirtiéndola en voodoo debido a su corta edad.
Especie: Voodoo
Edad: 17 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 09/06/2014
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Nombre: Samuel James
Avatar: Andrew Cnij
Enfermedad Psicológica: Ansiedad
Historia: En medio de una fría y lluviosa tarde de invierno, una joven daba a luz a un niño en medio de una situación poco favorable para su futuro, se trataba de una joven mujer que trabajaba con su cuerpo en un bar, la cual se había embarazado por error, y por lo tanto, consideraba un error a ese bebé inocente que acaba de traer al mundo, un mundo no apto para él.
La joven al enterarse de que el pequeño presentaba problemas de salud a las pocas hiras de nacer se negó de cuidarlo ya que ello presentaba para ella un enorme problema en su vida.
El pequeño lo único que obtuvo de su madre fue su nombre, Samuel, ya que esta se había negado rotundamente a ignorarlo hasta el punto de no haberle dado el pecho apenas nacer.
Fue así como Samuel fue abandonado a su suerte, cayendo en manos de unas cuidadores mediocres que se encargaban de un orfanato público de la ciudad.
Allí recibió alimento, un lugar para dormir y un poco de educación, pero ello era muy básico para el desarrollo de una persona ya que necesitaba cariño y ciertas medicinas que no estaban a su alcance debido a los costos de las mismas por padecer de problemas cardíacos que dificultaban un poco su forma de vida.
Los años pasaron y Samuel sufrió maltratos y carencias a lo largo de su corta vida, pero ello no impidió que este se rindiera ya que a pesar de sus dificultades físicas y el maltrato psicológico que recibía, se convirtió en un adolescente bastante atractivo a pesar del descuido de su falta de cuidados, lo que le provocó que contrajera una nueva enfermedad, ansiedad.
Un día, una pareja algo joven acudió al orfanato para solicitar la adopción de algún niño, ya que estaban en la búsqueda de poder tener un hijo. Al instante de ver a Samuel, no dudaron en elegirlo para que sea parte de su familia, y fue así como adoptaron al chico brindándole todos los tratamientos necesarios para su salud.
Lamentablemente su enfermedad ya estaba bastante avanzada debido a lo descuidada que había estado su salud durante toda su niñez, no podía hacer mucho ya…Aunque sin pensarlo, esa pareja le habían brindado todo el amor que tenían en sus corazones, sin reparo alguno. Sin dudas Samuel había encontrado a una verdadera familia que tanto había añorado durante toda su vida, una madre y un padre que lo amaban y lo cuidaban hasta el cansancio, que hasta hubieran dado su vida por intentar salvarlo, si ello hubiera sido posible…
Un par de años transcurrieron en el que las idas y vueltas al hospital se fueron haciendo cada vez más recurrentes entre paseos familiares y risas de por medio.
Los médicos ya no podían extender lo años de vida del joven, y este era consciente de ello, pero que más daba. Al menos había conocido lo que era la felicidad en esos años de vida junto a sus nuevos padres, a diferencia de los que ni siquiera había conocido.
Una mañana de primavera, la pareja se hallaba sentada en una habitación blanca, iluminaba por la luz del sol que ingresaba por una ventana, dentro de la misma, se hallaban algunos aparatos que realizaban sonidos agudos parecidos a un pitido, el cual indicada los latidos del débil corazón de Samuel, y el otro le suministraba oxígeno para poder respirar.
Samuel sabía que ya no le quedaba tiempo, su cuerpo estaba muy débil al igual que su maltratado corazón, pero sin embargo, disfrutaba y agradecía cada segundo más de vida que le quedaba por poder sentir las caricias de las suaves manos de su madre sobre sus cabellos, y la mirada preocupada pero protectora y llena de cariño de su joven padre.
Los minutos pasaban y nadie hablaba, todo estaba tan tranquilo que reinaba la paz, la única excepción eran las lágrimas de su madre que sin hacer el más mínimo ruido empapaban sus mejillas, al igual que se iban humedeciendo los ojos de su papá. Esa situación lo conmovió de tal forma que su ansiedad fue aumentando a grandes pasos en su interior, provocando así que su corazón se acelerase hasta el punto de no poder funcionar como debía.
Sam sabía que el momento había llegado, era hora de partir, pero antes de irse debía despedirse de esas personas que lo habían hecho muy feliz, a pesar de que fuerzas no le quedaban, el joven miró a los ojos a sus padres por última vez para poder brindarles una sonrisa que se vio muy pequeña en sus pálidos labios pero la más sincera y agradecida de todas.
En ese instante sus ojos se cerraron, él creyó que para siempre pero sin embargo estos volvieron a abrirse al segundo de haberse cerrado, visualizando unas luces un poco borrosas al principio, pero a medida que su visión se fue enfocando, logró ver un mundo totalmente nuevo y nada parecido al anterior. Sus dolencias habían desaparecido por completo y podía mover su cuerpo con total naturalidad, ya no habían dolores físicos y todo lo que le quedaba ahora era explorar ese lugar tan colorido y lleno de sorpresas que le esperaba, dándole una segunda oportunidad de vivir.
Especie: Voodoo
Edad: 16 años
Bando: (Definido por user)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)
Avatar: Andrew Cnij
Enfermedad Psicológica: Ansiedad
Historia: En medio de una fría y lluviosa tarde de invierno, una joven daba a luz a un niño en medio de una situación poco favorable para su futuro, se trataba de una joven mujer que trabajaba con su cuerpo en un bar, la cual se había embarazado por error, y por lo tanto, consideraba un error a ese bebé inocente que acaba de traer al mundo, un mundo no apto para él.
La joven al enterarse de que el pequeño presentaba problemas de salud a las pocas hiras de nacer se negó de cuidarlo ya que ello presentaba para ella un enorme problema en su vida.
El pequeño lo único que obtuvo de su madre fue su nombre, Samuel, ya que esta se había negado rotundamente a ignorarlo hasta el punto de no haberle dado el pecho apenas nacer.
Fue así como Samuel fue abandonado a su suerte, cayendo en manos de unas cuidadores mediocres que se encargaban de un orfanato público de la ciudad.
Allí recibió alimento, un lugar para dormir y un poco de educación, pero ello era muy básico para el desarrollo de una persona ya que necesitaba cariño y ciertas medicinas que no estaban a su alcance debido a los costos de las mismas por padecer de problemas cardíacos que dificultaban un poco su forma de vida.
Los años pasaron y Samuel sufrió maltratos y carencias a lo largo de su corta vida, pero ello no impidió que este se rindiera ya que a pesar de sus dificultades físicas y el maltrato psicológico que recibía, se convirtió en un adolescente bastante atractivo a pesar del descuido de su falta de cuidados, lo que le provocó que contrajera una nueva enfermedad, ansiedad.
Un día, una pareja algo joven acudió al orfanato para solicitar la adopción de algún niño, ya que estaban en la búsqueda de poder tener un hijo. Al instante de ver a Samuel, no dudaron en elegirlo para que sea parte de su familia, y fue así como adoptaron al chico brindándole todos los tratamientos necesarios para su salud.
Lamentablemente su enfermedad ya estaba bastante avanzada debido a lo descuidada que había estado su salud durante toda su niñez, no podía hacer mucho ya…Aunque sin pensarlo, esa pareja le habían brindado todo el amor que tenían en sus corazones, sin reparo alguno. Sin dudas Samuel había encontrado a una verdadera familia que tanto había añorado durante toda su vida, una madre y un padre que lo amaban y lo cuidaban hasta el cansancio, que hasta hubieran dado su vida por intentar salvarlo, si ello hubiera sido posible…
Un par de años transcurrieron en el que las idas y vueltas al hospital se fueron haciendo cada vez más recurrentes entre paseos familiares y risas de por medio.
Los médicos ya no podían extender lo años de vida del joven, y este era consciente de ello, pero que más daba. Al menos había conocido lo que era la felicidad en esos años de vida junto a sus nuevos padres, a diferencia de los que ni siquiera había conocido.
Una mañana de primavera, la pareja se hallaba sentada en una habitación blanca, iluminaba por la luz del sol que ingresaba por una ventana, dentro de la misma, se hallaban algunos aparatos que realizaban sonidos agudos parecidos a un pitido, el cual indicada los latidos del débil corazón de Samuel, y el otro le suministraba oxígeno para poder respirar.
Samuel sabía que ya no le quedaba tiempo, su cuerpo estaba muy débil al igual que su maltratado corazón, pero sin embargo, disfrutaba y agradecía cada segundo más de vida que le quedaba por poder sentir las caricias de las suaves manos de su madre sobre sus cabellos, y la mirada preocupada pero protectora y llena de cariño de su joven padre.
Los minutos pasaban y nadie hablaba, todo estaba tan tranquilo que reinaba la paz, la única excepción eran las lágrimas de su madre que sin hacer el más mínimo ruido empapaban sus mejillas, al igual que se iban humedeciendo los ojos de su papá. Esa situación lo conmovió de tal forma que su ansiedad fue aumentando a grandes pasos en su interior, provocando así que su corazón se acelerase hasta el punto de no poder funcionar como debía.
Sam sabía que el momento había llegado, era hora de partir, pero antes de irse debía despedirse de esas personas que lo habían hecho muy feliz, a pesar de que fuerzas no le quedaban, el joven miró a los ojos a sus padres por última vez para poder brindarles una sonrisa que se vio muy pequeña en sus pálidos labios pero la más sincera y agradecida de todas.
En ese instante sus ojos se cerraron, él creyó que para siempre pero sin embargo estos volvieron a abrirse al segundo de haberse cerrado, visualizando unas luces un poco borrosas al principio, pero a medida que su visión se fue enfocando, logró ver un mundo totalmente nuevo y nada parecido al anterior. Sus dolencias habían desaparecido por completo y podía mover su cuerpo con total naturalidad, ya no habían dolores físicos y todo lo que le quedaba ahora era explorar ese lugar tan colorido y lleno de sorpresas que le esperaba, dándole una segunda oportunidad de vivir.
Especie: Voodoo
Edad: 16 años
Bando: (Definido por user)
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Nombre: Jarguen Gutierrez (OCUPADO)
@JarG_WV
Avatar: Harry Styles
Enfermedad Psicológica: Ataques de ansiedad por estrés postraumático
Historia: Bajo la noche invernal de Munich en 1983, Priscilla Hantobish dio a luz un prematuro niño de tez pálida y dulces ojos verdes. Sobrevivió sin inconvenientes los meses faltantes, en los cuales su padre, un español de movimientos toscos y voz gruesa, cuidó de él con gracilidad. Los primeros dos años de su vida fueron sanos, estables y cariñosos. Munich era una ciudad poco indicada para criar niños, sin embargo, su madre rogó para que permanecieran en Alemania, pues su reconstrucción estaba casi terminada; aunque su padre recalcó que el lugar no era esperanzador para una familia, terminó aceptando con la condición de que se mudaran a un área más rural. En algo el señor tenía razón; para esa época, el país estaba dividido por el gran muro que separaba a Alemania occidental de Alemania oriental; Munich pertenecía a los estadounidenses. Con respecto a la economía, al menos eran acomodados y pudieron comprar una casita cercana al lago ammer.
Desde que tuvo memoria, sus padres habían sido alejados entre ellos y discutían continuamente por nimiedades; con claridad, se acuerda de la primera vez que el puño del señor chocó contra la mejilla de su madre por un problema de índole menor como lo era “no dejar la ropa lavada antes de…”, o algo así. El temor del menor, a quien le era incomprensible el suceso, le hizo encerrarse en su habitación y permanecer allí hasta que su madre le buscara. Situaciones parecidas prosiguieron durante los años siguientes, hasta que ella se marchó.
Cuando Jarguen cumplió cinco años, Priscilla alistó un pequeño macuto y se arrodilló en frente del niño, le acarició el rostro maternalmente y besó sus mejillas regordetas. El niño le miró fijamente, con una sonrisa brillante. Vagamente, recuerda ese día, el sonido taciturno y apaciguador de la mujer le decía que tenía que irse por unas semanas a visitar a un hermano en el campo; volveré pronto, le decía cada vez que él protestaba, y te traeré muchos dulces, ¿quieres?, por supuesto él quería, por lo que dejó de discutir y la vio desde la ventana hasta que su figura se perdió y solo podía columbrarla. Después de una semana, arrastró una silla de madera hasta esa misma ventana y se sentó para esperarla durante horas; una, dos, tres semanas pasaron sin ningún vestigio. Nunca regresó. En vez de eso, los oficiales de la República Federal de Alemania golpearon la puerta y anunciaron que Priscilla Hantobish había sido tiroteada por los soviéticos cuando intentaba cruzar el muro ilegalmente.
Ese suceso cambió muchas cosas en su hogar.
Funeral nunca hubo, su padre alegó que el dinero no era para gastarse en ceremonias fúnebres, menos si debía transportarse hasta Sonnenallee para realizar las exequias. En la casa, solo dos veces se volvió a pronunciar el nombre de la progenitora de Jarguen; la primera, cuando el niño sintió la necesidad de preguntar por ella, como todo infante buscando amor y calidez; y la segunda, durante fechas cercanas a su cumpleaños número dieciséis.
Jarguen creció, fue a la escuela, aprendió, y realizó tareas parcialmente; su tiempo se dividía entre los quehaceres de la casa y los libros del colegio. El muro de Berlín cayó, al igual que el recuerdo de su madre se iba escapando de su memoria hasta solo recordar diminutos fragmentos. Entre tanto, en el barrio se organizó una excursión con los mayores de doce años para ir al Teatro Nacional de Múnich; Jarguen hurtó de la billetera de su padre algunos marcos alemanes para juntarlos con el ahorro que tenía y guardó un cupo en el viaje. De ahí, regresó emocionado y con la visión de un magnífico futuro como arquitecto.
Sin embargo, meses después las cosas se complicaron. Quizá unas semanas antes de su ingreso a Wishville (rara vez sabía en qué día andaba). Contaba con quince años y poca atención paterna. En las tardes libres caminaba hasta el Ammersee; el espíritu adolescente de quienes también abusaban de las horas del día para estar ahí colocaban las canciones más sonadas. Nadaba con el sonido de Kollaps, David Bowie o Queen o simplemente se sentaba a observar el ocaso. En específico, hubo una noche en que las horas corrieron sin que él prestara atención y llegó tarde a su casa. Su padre lo esperaba con regaños, gritos y correa en mano; los primeros momentos, se defendió, alegando que necesitaba descansar de sus ocupaciones y le era aburrido permanecer en casa. El mayor, borracho, lo comparó con su madre y lo juzgó de perezoso, canalla e irrespetuoso. Jarguen no habló más, recibió una bofetada en el rostro que no se lo permitió sin sentir dolor por días, varios puñetazos y golpizas con el cinturón que dejaron marcas con la hebilla. Inevitablemente, dejó de ir al colegio cuando el maltrato se hizo diario; a los días parecían extendérsele las horas cuando era inaguantable la quemazón de los golpes. Durante el día, lloraba, escuchaba de vez en cuando la radio, hacía limpieza y dormía lleno de tristeza. En las noches, la voz del despiadado hombre decía en tono jocoso que era justo que el hijo pagara por el error de su madre y que siempre había querido castigarlo de esa manera, pero nunca encontraba una razón para poder iniciar.
La ansiedad en Jarguen crecía durante el atardecer; odiaba las noches, las repudió. En sus manos estaba la elección de huir, pero jamás la tomó, su mente lo fastidiaba con comentarios sobre lo débil que era y que jamás se podría defender solo. El día que llegó a la nueva tierra, nariz, dedos, costillas y rótulas fueron rotas. En los últimos minutos que permaneció con vida, nítidamente recordó la melodía y letra de dreams de fleetwood mac.
Especie: Voodoo
Edad: 17 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)
@JarG_WV
Avatar: Harry Styles
Enfermedad Psicológica: Ataques de ansiedad por estrés postraumático
Historia: Bajo la noche invernal de Munich en 1983, Priscilla Hantobish dio a luz un prematuro niño de tez pálida y dulces ojos verdes. Sobrevivió sin inconvenientes los meses faltantes, en los cuales su padre, un español de movimientos toscos y voz gruesa, cuidó de él con gracilidad. Los primeros dos años de su vida fueron sanos, estables y cariñosos. Munich era una ciudad poco indicada para criar niños, sin embargo, su madre rogó para que permanecieran en Alemania, pues su reconstrucción estaba casi terminada; aunque su padre recalcó que el lugar no era esperanzador para una familia, terminó aceptando con la condición de que se mudaran a un área más rural. En algo el señor tenía razón; para esa época, el país estaba dividido por el gran muro que separaba a Alemania occidental de Alemania oriental; Munich pertenecía a los estadounidenses. Con respecto a la economía, al menos eran acomodados y pudieron comprar una casita cercana al lago ammer.
Desde que tuvo memoria, sus padres habían sido alejados entre ellos y discutían continuamente por nimiedades; con claridad, se acuerda de la primera vez que el puño del señor chocó contra la mejilla de su madre por un problema de índole menor como lo era “no dejar la ropa lavada antes de…”, o algo así. El temor del menor, a quien le era incomprensible el suceso, le hizo encerrarse en su habitación y permanecer allí hasta que su madre le buscara. Situaciones parecidas prosiguieron durante los años siguientes, hasta que ella se marchó.
Cuando Jarguen cumplió cinco años, Priscilla alistó un pequeño macuto y se arrodilló en frente del niño, le acarició el rostro maternalmente y besó sus mejillas regordetas. El niño le miró fijamente, con una sonrisa brillante. Vagamente, recuerda ese día, el sonido taciturno y apaciguador de la mujer le decía que tenía que irse por unas semanas a visitar a un hermano en el campo; volveré pronto, le decía cada vez que él protestaba, y te traeré muchos dulces, ¿quieres?, por supuesto él quería, por lo que dejó de discutir y la vio desde la ventana hasta que su figura se perdió y solo podía columbrarla. Después de una semana, arrastró una silla de madera hasta esa misma ventana y se sentó para esperarla durante horas; una, dos, tres semanas pasaron sin ningún vestigio. Nunca regresó. En vez de eso, los oficiales de la República Federal de Alemania golpearon la puerta y anunciaron que Priscilla Hantobish había sido tiroteada por los soviéticos cuando intentaba cruzar el muro ilegalmente.
Ese suceso cambió muchas cosas en su hogar.
Funeral nunca hubo, su padre alegó que el dinero no era para gastarse en ceremonias fúnebres, menos si debía transportarse hasta Sonnenallee para realizar las exequias. En la casa, solo dos veces se volvió a pronunciar el nombre de la progenitora de Jarguen; la primera, cuando el niño sintió la necesidad de preguntar por ella, como todo infante buscando amor y calidez; y la segunda, durante fechas cercanas a su cumpleaños número dieciséis.
Jarguen creció, fue a la escuela, aprendió, y realizó tareas parcialmente; su tiempo se dividía entre los quehaceres de la casa y los libros del colegio. El muro de Berlín cayó, al igual que el recuerdo de su madre se iba escapando de su memoria hasta solo recordar diminutos fragmentos. Entre tanto, en el barrio se organizó una excursión con los mayores de doce años para ir al Teatro Nacional de Múnich; Jarguen hurtó de la billetera de su padre algunos marcos alemanes para juntarlos con el ahorro que tenía y guardó un cupo en el viaje. De ahí, regresó emocionado y con la visión de un magnífico futuro como arquitecto.
Sin embargo, meses después las cosas se complicaron. Quizá unas semanas antes de su ingreso a Wishville (rara vez sabía en qué día andaba). Contaba con quince años y poca atención paterna. En las tardes libres caminaba hasta el Ammersee; el espíritu adolescente de quienes también abusaban de las horas del día para estar ahí colocaban las canciones más sonadas. Nadaba con el sonido de Kollaps, David Bowie o Queen o simplemente se sentaba a observar el ocaso. En específico, hubo una noche en que las horas corrieron sin que él prestara atención y llegó tarde a su casa. Su padre lo esperaba con regaños, gritos y correa en mano; los primeros momentos, se defendió, alegando que necesitaba descansar de sus ocupaciones y le era aburrido permanecer en casa. El mayor, borracho, lo comparó con su madre y lo juzgó de perezoso, canalla e irrespetuoso. Jarguen no habló más, recibió una bofetada en el rostro que no se lo permitió sin sentir dolor por días, varios puñetazos y golpizas con el cinturón que dejaron marcas con la hebilla. Inevitablemente, dejó de ir al colegio cuando el maltrato se hizo diario; a los días parecían extendérsele las horas cuando era inaguantable la quemazón de los golpes. Durante el día, lloraba, escuchaba de vez en cuando la radio, hacía limpieza y dormía lleno de tristeza. En las noches, la voz del despiadado hombre decía en tono jocoso que era justo que el hijo pagara por el error de su madre y que siempre había querido castigarlo de esa manera, pero nunca encontraba una razón para poder iniciar.
La ansiedad en Jarguen crecía durante el atardecer; odiaba las noches, las repudió. En sus manos estaba la elección de huir, pero jamás la tomó, su mente lo fastidiaba con comentarios sobre lo débil que era y que jamás se podría defender solo. El día que llegó a la nueva tierra, nariz, dedos, costillas y rótulas fueron rotas. En los últimos minutos que permaneció con vida, nítidamente recordó la melodía y letra de dreams de fleetwood mac.
Especie: Voodoo
Edad: 17 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: (Definida por user)
Nombre: Aisha Rao (OCUPADA)
@AishaRao_WV
Avatar: Francesca Capaldi
Enfermedad Psicológica: Síndrome de Cotard y Psicosis
Historia: El 23 de Junio de 1850 nació, bajo la atenta mirada de la luna llena, una dulce y risueña niña, en el seno de un circo ambulante de Estados Unidos. Pero aquel circo no era uno cualquiera, era lo que se denominaba popularmente como un “Freak Show”. Hija de una concubina de las lejanas tierras eslavas, quien estaba en la compañia por su albinismo, y del faquir del circo, bisnieto de uno de los faquires más famosos de Europa y América, la pequeña fue bendecida con una gran elasticidad y agilidad que potenciaron desde temprana edad.
Desde un primer momento, para que la pequeña no sufriese por la situación que le había tocado vivir, le habían explicado que los habitantes del circo, realmente, eran criaturas mágicas que necesitaban vivir alejadas de la sociedad humana y, sus actuaciones, servían para mostrar al mundo su existencia. Hacerlo, de una manera adecuada, haría que los humanos les amasen por quienes eran. Nada más alejado de la realidad. Así pues, Aisha, vivió en aquella fantasía – en la que ella era hija de la reina de las hadas y de un mago de tierras lejanas – por prácticamente toda su vida. Conforme la pequeña fue creciendo, se le fue instruyendo en el arte del trapecismo, el ballet y el contorsionismo, gracias a la peculiaridad con la que había nacido. Poco a poco comenzó a tener protagonismo en el circo gracias a un número que combinaba a la perfección estas artes, y en el que actuaba usando unas enormes telas simulando enormes alas de mariposa, a las que ella siempre se refería como “sus alas de hada”.
Cierto día, cuando contaba con tan solo diez años de edad, estaba ensayando su número bajo la tutela de varios miembros del circo, cuando ocurrió un terrible accidente: una de las cuerdas del trapecio se rompió y Aisha se precipitó al vacío. Una semana pasó en la cama inconsciente, recuperándose además de las fracturas de sus brazos y piernas. Al despertar sentía algo extraño: su corazón no la tía. Aterrorizada intentó explicar a sus padres que no sentía su corazón, que notaba extraños cosquilleos, como gusanos por su cuerpo; que algo malo le ocurría. Tras hablarlo entre los diferentes miembros del circo, llegaron a la conclusión de que lo mejor era seguir alimentando aquella fantasía en la que aún la pequeña vivía; aquel inocente cuento que ninguno esperaba que, a tal edad, creyese cual fiel y absoluta verdad. Le explicaron que era cierto que había tenido un accidente, que había llegado a morir, pero que su padre, haciendo uso de la magia que conocía, le había devuelto a la vida, la había convertido en una muñeca viviente. Así fue como poco a poco el imaginario de Aisha se fue alimentando y creciendo hasta el punto en el que la joven dejaba de comer, “los muertos no comen” argumentaba; dejó de dormir “cómo voy a dormir si me muevo gracias a la magia de papá” explicaba. Sus padres, cada vez más preocupados inventaban historias para justificar aquellas acciones necesarias para la joven llevase una vida lo más normal posible, aunque no siempre lo conseguían.
Una noche, cuando Aisha iba a presentar un nuevo número, ocurrió un terrible accidente que supuso el fin del circo para siempre. La joven, en medio de la música, bajo la atenta mirada del público y los focos dijo: “Y la pequeña hada volará, volará por el lugar para demostrarles cual es su peculiaridad”. Antes de que nadie pudiese detenerla, se precipitó extendiendo sus alas de mariposa, cayendo en medio de la arena del circo.
Especie: Voodoo
Edad: 15 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 30/09/2018
@AishaRao_WV
Avatar: Francesca Capaldi
Enfermedad Psicológica: Síndrome de Cotard y Psicosis
Historia: El 23 de Junio de 1850 nació, bajo la atenta mirada de la luna llena, una dulce y risueña niña, en el seno de un circo ambulante de Estados Unidos. Pero aquel circo no era uno cualquiera, era lo que se denominaba popularmente como un “Freak Show”. Hija de una concubina de las lejanas tierras eslavas, quien estaba en la compañia por su albinismo, y del faquir del circo, bisnieto de uno de los faquires más famosos de Europa y América, la pequeña fue bendecida con una gran elasticidad y agilidad que potenciaron desde temprana edad.
Desde un primer momento, para que la pequeña no sufriese por la situación que le había tocado vivir, le habían explicado que los habitantes del circo, realmente, eran criaturas mágicas que necesitaban vivir alejadas de la sociedad humana y, sus actuaciones, servían para mostrar al mundo su existencia. Hacerlo, de una manera adecuada, haría que los humanos les amasen por quienes eran. Nada más alejado de la realidad. Así pues, Aisha, vivió en aquella fantasía – en la que ella era hija de la reina de las hadas y de un mago de tierras lejanas – por prácticamente toda su vida. Conforme la pequeña fue creciendo, se le fue instruyendo en el arte del trapecismo, el ballet y el contorsionismo, gracias a la peculiaridad con la que había nacido. Poco a poco comenzó a tener protagonismo en el circo gracias a un número que combinaba a la perfección estas artes, y en el que actuaba usando unas enormes telas simulando enormes alas de mariposa, a las que ella siempre se refería como “sus alas de hada”.
Cierto día, cuando contaba con tan solo diez años de edad, estaba ensayando su número bajo la tutela de varios miembros del circo, cuando ocurrió un terrible accidente: una de las cuerdas del trapecio se rompió y Aisha se precipitó al vacío. Una semana pasó en la cama inconsciente, recuperándose además de las fracturas de sus brazos y piernas. Al despertar sentía algo extraño: su corazón no la tía. Aterrorizada intentó explicar a sus padres que no sentía su corazón, que notaba extraños cosquilleos, como gusanos por su cuerpo; que algo malo le ocurría. Tras hablarlo entre los diferentes miembros del circo, llegaron a la conclusión de que lo mejor era seguir alimentando aquella fantasía en la que aún la pequeña vivía; aquel inocente cuento que ninguno esperaba que, a tal edad, creyese cual fiel y absoluta verdad. Le explicaron que era cierto que había tenido un accidente, que había llegado a morir, pero que su padre, haciendo uso de la magia que conocía, le había devuelto a la vida, la había convertido en una muñeca viviente. Así fue como poco a poco el imaginario de Aisha se fue alimentando y creciendo hasta el punto en el que la joven dejaba de comer, “los muertos no comen” argumentaba; dejó de dormir “cómo voy a dormir si me muevo gracias a la magia de papá” explicaba. Sus padres, cada vez más preocupados inventaban historias para justificar aquellas acciones necesarias para la joven llevase una vida lo más normal posible, aunque no siempre lo conseguían.
Una noche, cuando Aisha iba a presentar un nuevo número, ocurrió un terrible accidente que supuso el fin del circo para siempre. La joven, en medio de la música, bajo la atenta mirada del público y los focos dijo: “Y la pequeña hada volará, volará por el lugar para demostrarles cual es su peculiaridad”. Antes de que nadie pudiese detenerla, se precipitó extendiendo sus alas de mariposa, cayendo en medio de la arena del circo.
Especie: Voodoo
Edad: 15 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 30/09/2018
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Nombre: Layla Prince (OCUPADA)
@LaylaP_WV
Avatar: Maddie Ziegler
Enfermedad Psicológica: Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Historia: Layla era una niña feliz, vivía en su mundo junto a una buena familia pero un día su padre falleció y su madre encontró al hombre que arruinaría la vida de ambas para siempre. Al principio solo las amenazaba pero luego comenzó a golpearlas y a insultarlas. Layla llegó a pensar que no era nada, que su vida no merecía la pena siendo todavía muy pequeña. Un día su madre le mintió queriendo que volviera a ser la de antes, le dijo que si cada vez que él hacía algo malo ella se hacía una pequeña herida todo el dolor acabaría. Su madre también comenzó a hacerlo, era su pequeño secreto, algo que podían compartir. Un día aquel hombre obligó a Layla a acostarse con él, tras ello su madre logró vencer su miedo y llamar a la policía pero era tarde cuando descolgó el teléfono él ya la había matado. Layla nunca dejó su pequeña manía y el hombre que la atormentaba tampoco la suya. Un día, la pequeña, utilizando su lógica creyó que cuanto más grande fuera la herida que se hiciera más eficaz sería. Casi no alcanzan el hospital, perdió tanta sangre que la pobre parecía un cadáver. Todo en su cabecita se había vuelto oscuro, no se podía mover, no podía hablar. Cuando abrió sus pequeños ojos de nuevo ya no estaba en su casa, ni siquiera estaba en el hospital, estaba en medio de un bosque. Un bosque realmente extraño que no había visto nunca, el verde la rodeaba por donde mirara, los sonidos y la luz, todo le parecía tan mágico que no pudo contener una brillante sonrisa.
Especie: Voodoo
Edad: 15 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 04/01/2016
@LaylaP_WV
Avatar: Maddie Ziegler
Enfermedad Psicológica: Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Historia: Layla era una niña feliz, vivía en su mundo junto a una buena familia pero un día su padre falleció y su madre encontró al hombre que arruinaría la vida de ambas para siempre. Al principio solo las amenazaba pero luego comenzó a golpearlas y a insultarlas. Layla llegó a pensar que no era nada, que su vida no merecía la pena siendo todavía muy pequeña. Un día su madre le mintió queriendo que volviera a ser la de antes, le dijo que si cada vez que él hacía algo malo ella se hacía una pequeña herida todo el dolor acabaría. Su madre también comenzó a hacerlo, era su pequeño secreto, algo que podían compartir. Un día aquel hombre obligó a Layla a acostarse con él, tras ello su madre logró vencer su miedo y llamar a la policía pero era tarde cuando descolgó el teléfono él ya la había matado. Layla nunca dejó su pequeña manía y el hombre que la atormentaba tampoco la suya. Un día, la pequeña, utilizando su lógica creyó que cuanto más grande fuera la herida que se hiciera más eficaz sería. Casi no alcanzan el hospital, perdió tanta sangre que la pobre parecía un cadáver. Todo en su cabecita se había vuelto oscuro, no se podía mover, no podía hablar. Cuando abrió sus pequeños ojos de nuevo ya no estaba en su casa, ni siquiera estaba en el hospital, estaba en medio de un bosque. Un bosque realmente extraño que no había visto nunca, el verde la rodeaba por donde mirara, los sonidos y la luz, todo le parecía tan mágico que no pudo contener una brillante sonrisa.
Especie: Voodoo
Edad: 15 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 04/01/2016
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Nombre: Alec Di'Angelo (OCUPADO)
@Alec__WV
Avatar: Cole Sprouse
Enfermedad Psicológica: Depresión (anteriormente) y Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
Historia: Todo comenzó una noche lluviosa, un matrimonio estaba a la espera de sus dos hermosos hijos, la sala de partos estaba bastante ajetreada, mientras los médicos se encargaban de asegurarse que el nacimiento de los mellizos fuese un éxito y efectivamente lo fue, ambas criaturas nacieron, llenando de orgullo a sus padres, aunque lastimosamente las cosas no serían como cualquiera esperaría, la crisis económica por la que progenitores estaban pasando, les impedía encargarse de alimentar a dos bocas y darles la vida que se merecían, fue por esto que tuvieron que tomar la difícil decisión de poner en adopción a uno de los dos recién nacidos, para de esta forma poder encargarse del otro, brindándole los cuidados necesarios para su crecimiento.
Tal y como si se tratara de un juego de azar, Alec fue quien se quedó con su familia biológica, creciendo sin siquiera saber de la existencia de su hermano mellizo y recibiendo en gran manera todo el cariño por parte de ambos de sus padres, quienes se esforzaban por complacer sus necesidades, propias a la edad que tenía.
A medida que el niño fue creciendo, se destacó por ser alguien bastante inquieto y curioso, era feliz indagando y aprendiendo cosas nuevas, se podría decir que esto se evidenciaba en el de una forma mayor a la de un niño promedio, llegando incluso a afectarle en ocasiones cuando del estudio se trataba, trayéndole algunos problemas disciplinarios por lo hiperactivo que era. Aunque no fue algo que llegase a preocupar a sus padres del todo, creían que se trataba de una etapa más de la infancia y que con el tiempo mejoraría.
Los años fueron pasando y la situación económica de la familia pudo mejorar debido a la inversión que su padre realizo en algunos negocios que lo ayudaron a impulsar sus ganancias, los cuales los llevaron al deber de realizar un viaje hacia Roma, teniendo que dejar al pequeño Alec al cuidado de sus tíos maternos, la única parte de la familia con la que los Di'Angelo tenían contacto. Esto no llego a molestar al niño, ya que como sus tíos eran dueños de un restaurante, tenía forma de distraerse ayudando en el mismo y aprendiendo parte de la culinaria italiana que se preparaba en este, además que esta distracción llegaba en parte a ayudarlo para que su hiperactividad se calmase un poco.
Día a día, el niño mantenía el contacto con sus padres contando las semanas e incluso las horas para que estos volvieran a su lado, pero una tragedia acabo con las ilusiones del niño, justo el mismo día en que sus padres planeaban volver, aquel avión que habían abordado sufrió un terrible accidente que arrebató las vidas de todos los pasajeros, incluyendo al señor y la señora Di'Angelo. Aquella noticia fue bastante dura para Alec, todas sus esperanzas de volver a ver a sus padres, se habían ido y su estado emocional había caído en picada provocando una fuerte depresión en el hasta el punto de aislarse de quienes lo rodeaban, la falta de quienes lo habían criado y le habían brindado su cariño durante toda su vida, cada vez iba formando un vacío grande en el chico.
Parte de su vida volvería a recobrar un poco de sentido, cuando revisaba algunas de las cosas que sus tíos habían traído de la casa de sus padres como recuerdos de los mismos, los cuales miró con bastante nostalgia, pero encontrando algo que llamó su atención por sobre todas las cosas. Se trataba nada más y nada menos que de la ecografía realizada a su madre cuando estaba en embarazo de el, donde de forma clara se podía notar la figura de dos fetos en formación, descubriendo así la existencia de su hermano mellizo.
¿Dónde estaba? ¿Que había sido de él? ¿Por qué sus padres nunca le habían hablado de su existencia? Todas estas preguntas cruzaban por su mente, sin poder recibir respuesta alguna, sus padres ya no estaban y la única forma de saber sobre su hermano, sería averiguándolo por si mismo, aunque no sabía por dónde podría comenzar.
Ahora sus días se basaban en tratar de encontrar algún otro rastro de su hermano, encontrando una nueva forma de distraerse y ocupar su tiempo para no pensar en la muerte de sus padres... Se podría decir que su vida estaba mejorando en cierta parte y con ella su depresión estaba yéndose, volviendo a ser nuevamente el chico activo y alegre que era hace unos años, aunque, su felicidad no duraría mucho, tal y como un capítulo más de "Una serie de eventos inesperados" la vida le trajo consigo una tragedia más, junto al accidente en el restaurante de sus tíos, resultando en un terrible incendio del cual solo Alec saldría con vida.
Ahora el joven con tan solo 13 años, había quedado sin nadie con quién vivir, toda su familia la había perdido y debido a su corta edad, terminó siendo llevado a un orfanato, esperando que alguien llegase a adoptarlo en algún momento.
Nuevamente la depresión había llegado a su mente, haciendo que dentro de aquel lugar, se volviese alguien aislado y retraído, un blanco fácil para los demás chicos quienes lo habían tomado como objetivo de burla y malos tratos...
Así fueron pasando los años, sin llegar a ser adoptado por nadie y sin mantener contacto alguno con quienes lo rodeaban, prefería estar solo y aguardar a que la vida le trajese algo bueno en algún momento. Efectivamente, así sucedió, dentro del mismo orfanato, acabó conociendo a una chica con quien entabló una estrecha amistad, llegando incluso a contarle gran parte de su historia.
Ahora estaban juntos afrontando cada día en aquel terrible lugar, ignorando las burlas y malos tratos recibidos por parte de sus compañeros. Fué así como ambos adolescentes, luego de un tiempo, decididos por salir del orfanato al ver que nadie los adoptaba, terminaron ideando un plan para escapar, preparando todo para el esperado día.
[...]
Tomando sus cosas, cuando la noche había caído, se escabulleron por entre los pasillos del orfanato, tratando de que nadie se diera cuenta de su escape, tratando de ser lo más sigilosos posible, lograron llegar al patio principal, por dónde intentarían salir, aprovechando el depósito de basura, el cual corrieron y dejaron a un lado del muro, usándolo para subirse e intentar pasar por encima de este.
Ya faltaba poco para que su plan de escape se diera por hecho, Alec estaba encima del muro, ayudando a su amiga para que subiese junto a él, hasta que la alarma del orfanato sonó alertando a todos los guardias del mismo, quienes comenzaban a salir de las diferentes puertas, en busca de ambos chicos.
-Huye Alec, busca ayuda y luego regresa por mi... Nunca me olvides- Fueron las palabras de Maia, quien continuaba sujeta a la mano del chico, sin lograr subir el muro aún y con los guardias a punto de llegar al lugar donde ambos estaban.
Alec no tenía mucho tiempo para pensar y tomar una decisión, no quería dejar a su mejor amiga e aquel lugar, sola y aguantando a quienes los habían tratado mal, pero sabía que si se echaba para atrás, sería difícil tener otra oportunidad para salir de allí.
-Lo prometo, regresaré por ti si aún no te han adoptado, cuídate mucho... - luego de pronunciar estas palabras, el chico soltó la mano contraria y como pudo, bajó aquel muro, escuchando al otro lado como ya habían capturado a la chica.
Sabía que no tardarían mucho en ir por el, obviamente el orfanato no podía dejar que uno de los suyos se escapara de esa forma, especialmente por la mala imagen que esto podría darles.
Comenzó a correr como pudo, alejándose lo mejor posible del orfanato, aunque en ese instante su mente comenzó a llenarse de recuerdos y sentimientos, comenzando por la impotencia al no poder ayudar a su amiga, hasta llegar a la depresión por las pérdidas que su vida había sufrido, hasta que finalmente cayó al suelo, quebrando su mente con los recuerdos que está habían invadido y abriendo la brecha que lo llevaría a un nuevo mundo... Wishville, donde se convertiría en Voodoo con la corta edad de 16 años, recibiendo también un regalo por parte del mismo mundo: olvidar todo aquellos sucesos que a su vida habían atormentado, para darle una nueva oportunidad de encontrar algo de felicidad.
Especie: Voodoo
Edad: 16 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 16/10/2016
@Alec__WV
Avatar: Cole Sprouse
Enfermedad Psicológica: Depresión (anteriormente) y Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
Historia: Todo comenzó una noche lluviosa, un matrimonio estaba a la espera de sus dos hermosos hijos, la sala de partos estaba bastante ajetreada, mientras los médicos se encargaban de asegurarse que el nacimiento de los mellizos fuese un éxito y efectivamente lo fue, ambas criaturas nacieron, llenando de orgullo a sus padres, aunque lastimosamente las cosas no serían como cualquiera esperaría, la crisis económica por la que progenitores estaban pasando, les impedía encargarse de alimentar a dos bocas y darles la vida que se merecían, fue por esto que tuvieron que tomar la difícil decisión de poner en adopción a uno de los dos recién nacidos, para de esta forma poder encargarse del otro, brindándole los cuidados necesarios para su crecimiento.
Tal y como si se tratara de un juego de azar, Alec fue quien se quedó con su familia biológica, creciendo sin siquiera saber de la existencia de su hermano mellizo y recibiendo en gran manera todo el cariño por parte de ambos de sus padres, quienes se esforzaban por complacer sus necesidades, propias a la edad que tenía.
A medida que el niño fue creciendo, se destacó por ser alguien bastante inquieto y curioso, era feliz indagando y aprendiendo cosas nuevas, se podría decir que esto se evidenciaba en el de una forma mayor a la de un niño promedio, llegando incluso a afectarle en ocasiones cuando del estudio se trataba, trayéndole algunos problemas disciplinarios por lo hiperactivo que era. Aunque no fue algo que llegase a preocupar a sus padres del todo, creían que se trataba de una etapa más de la infancia y que con el tiempo mejoraría.
Los años fueron pasando y la situación económica de la familia pudo mejorar debido a la inversión que su padre realizo en algunos negocios que lo ayudaron a impulsar sus ganancias, los cuales los llevaron al deber de realizar un viaje hacia Roma, teniendo que dejar al pequeño Alec al cuidado de sus tíos maternos, la única parte de la familia con la que los Di'Angelo tenían contacto. Esto no llego a molestar al niño, ya que como sus tíos eran dueños de un restaurante, tenía forma de distraerse ayudando en el mismo y aprendiendo parte de la culinaria italiana que se preparaba en este, además que esta distracción llegaba en parte a ayudarlo para que su hiperactividad se calmase un poco.
Día a día, el niño mantenía el contacto con sus padres contando las semanas e incluso las horas para que estos volvieran a su lado, pero una tragedia acabo con las ilusiones del niño, justo el mismo día en que sus padres planeaban volver, aquel avión que habían abordado sufrió un terrible accidente que arrebató las vidas de todos los pasajeros, incluyendo al señor y la señora Di'Angelo. Aquella noticia fue bastante dura para Alec, todas sus esperanzas de volver a ver a sus padres, se habían ido y su estado emocional había caído en picada provocando una fuerte depresión en el hasta el punto de aislarse de quienes lo rodeaban, la falta de quienes lo habían criado y le habían brindado su cariño durante toda su vida, cada vez iba formando un vacío grande en el chico.
Parte de su vida volvería a recobrar un poco de sentido, cuando revisaba algunas de las cosas que sus tíos habían traído de la casa de sus padres como recuerdos de los mismos, los cuales miró con bastante nostalgia, pero encontrando algo que llamó su atención por sobre todas las cosas. Se trataba nada más y nada menos que de la ecografía realizada a su madre cuando estaba en embarazo de el, donde de forma clara se podía notar la figura de dos fetos en formación, descubriendo así la existencia de su hermano mellizo.
¿Dónde estaba? ¿Que había sido de él? ¿Por qué sus padres nunca le habían hablado de su existencia? Todas estas preguntas cruzaban por su mente, sin poder recibir respuesta alguna, sus padres ya no estaban y la única forma de saber sobre su hermano, sería averiguándolo por si mismo, aunque no sabía por dónde podría comenzar.
Ahora sus días se basaban en tratar de encontrar algún otro rastro de su hermano, encontrando una nueva forma de distraerse y ocupar su tiempo para no pensar en la muerte de sus padres... Se podría decir que su vida estaba mejorando en cierta parte y con ella su depresión estaba yéndose, volviendo a ser nuevamente el chico activo y alegre que era hace unos años, aunque, su felicidad no duraría mucho, tal y como un capítulo más de "Una serie de eventos inesperados" la vida le trajo consigo una tragedia más, junto al accidente en el restaurante de sus tíos, resultando en un terrible incendio del cual solo Alec saldría con vida.
Ahora el joven con tan solo 13 años, había quedado sin nadie con quién vivir, toda su familia la había perdido y debido a su corta edad, terminó siendo llevado a un orfanato, esperando que alguien llegase a adoptarlo en algún momento.
Nuevamente la depresión había llegado a su mente, haciendo que dentro de aquel lugar, se volviese alguien aislado y retraído, un blanco fácil para los demás chicos quienes lo habían tomado como objetivo de burla y malos tratos...
Así fueron pasando los años, sin llegar a ser adoptado por nadie y sin mantener contacto alguno con quienes lo rodeaban, prefería estar solo y aguardar a que la vida le trajese algo bueno en algún momento. Efectivamente, así sucedió, dentro del mismo orfanato, acabó conociendo a una chica con quien entabló una estrecha amistad, llegando incluso a contarle gran parte de su historia.
Ahora estaban juntos afrontando cada día en aquel terrible lugar, ignorando las burlas y malos tratos recibidos por parte de sus compañeros. Fué así como ambos adolescentes, luego de un tiempo, decididos por salir del orfanato al ver que nadie los adoptaba, terminaron ideando un plan para escapar, preparando todo para el esperado día.
[...]
Tomando sus cosas, cuando la noche había caído, se escabulleron por entre los pasillos del orfanato, tratando de que nadie se diera cuenta de su escape, tratando de ser lo más sigilosos posible, lograron llegar al patio principal, por dónde intentarían salir, aprovechando el depósito de basura, el cual corrieron y dejaron a un lado del muro, usándolo para subirse e intentar pasar por encima de este.
Ya faltaba poco para que su plan de escape se diera por hecho, Alec estaba encima del muro, ayudando a su amiga para que subiese junto a él, hasta que la alarma del orfanato sonó alertando a todos los guardias del mismo, quienes comenzaban a salir de las diferentes puertas, en busca de ambos chicos.
-Huye Alec, busca ayuda y luego regresa por mi... Nunca me olvides- Fueron las palabras de Maia, quien continuaba sujeta a la mano del chico, sin lograr subir el muro aún y con los guardias a punto de llegar al lugar donde ambos estaban.
Alec no tenía mucho tiempo para pensar y tomar una decisión, no quería dejar a su mejor amiga e aquel lugar, sola y aguantando a quienes los habían tratado mal, pero sabía que si se echaba para atrás, sería difícil tener otra oportunidad para salir de allí.
-Lo prometo, regresaré por ti si aún no te han adoptado, cuídate mucho... - luego de pronunciar estas palabras, el chico soltó la mano contraria y como pudo, bajó aquel muro, escuchando al otro lado como ya habían capturado a la chica.
Sabía que no tardarían mucho en ir por el, obviamente el orfanato no podía dejar que uno de los suyos se escapara de esa forma, especialmente por la mala imagen que esto podría darles.
Comenzó a correr como pudo, alejándose lo mejor posible del orfanato, aunque en ese instante su mente comenzó a llenarse de recuerdos y sentimientos, comenzando por la impotencia al no poder ayudar a su amiga, hasta llegar a la depresión por las pérdidas que su vida había sufrido, hasta que finalmente cayó al suelo, quebrando su mente con los recuerdos que está habían invadido y abriendo la brecha que lo llevaría a un nuevo mundo... Wishville, donde se convertiría en Voodoo con la corta edad de 16 años, recibiendo también un regalo por parte del mismo mundo: olvidar todo aquellos sucesos que a su vida habían atormentado, para darle una nueva oportunidad de encontrar algo de felicidad.
Especie: Voodoo
Edad: 16 años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de entrada a Wishville: 16/10/2016
![Imagen](/uploads/5/4/0/0/54004143/bloggif-59ff664d39b9a-iloveimg-cropped-iloveimg-resized_orig.gif)
Nombre: Sophie (OCUPADA)
@SophieeeWV
Avatar: Anna Pavaga
Enfermedad psicológica: Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
Historia: Desde que nació su vida no fue del todo sencilla, al tener que quedarse varios meses en el hospital por nacer prematura, sus padres intentaron darle lo mejor para que pudiera vivir feliz, y lo estaban logrando, pero cuando paso su primer año de estudio, las constantes llamadas de atención por parte de sus maestros preocuparon a sus padres, llevándola a un psicólogo el cual le diagnosticó un déficit de atención, su familia al descubrir que era algo normal se tranquilizó, pero la pesadilla para Sophia apenas comenzaba; con el constante matoneo por parte de sus compañeros llegó a un punto en que encerrarse al baño a llorar ya era rutina, en uno de sus días grises pudo entrar a Wishville, encontrando así un poco de paz. Es dulce y cariñosa cuando te ganas su confianza, ya que suele tener miedo de la mayoría de personas.
Especie: Voodoo
Edad: 11 Años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de Entrada a Wishville: 12/11/2016
@SophieeeWV
Avatar: Anna Pavaga
Enfermedad psicológica: Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
Historia: Desde que nació su vida no fue del todo sencilla, al tener que quedarse varios meses en el hospital por nacer prematura, sus padres intentaron darle lo mejor para que pudiera vivir feliz, y lo estaban logrando, pero cuando paso su primer año de estudio, las constantes llamadas de atención por parte de sus maestros preocuparon a sus padres, llevándola a un psicólogo el cual le diagnosticó un déficit de atención, su familia al descubrir que era algo normal se tranquilizó, pero la pesadilla para Sophia apenas comenzaba; con el constante matoneo por parte de sus compañeros llegó a un punto en que encerrarse al baño a llorar ya era rutina, en uno de sus días grises pudo entrar a Wishville, encontrando así un poco de paz. Es dulce y cariñosa cuando te ganas su confianza, ya que suele tener miedo de la mayoría de personas.
Especie: Voodoo
Edad: 11 Años
Bando: Dylan (Rey)
Fecha de Entrada a Wishville: 12/11/2016
![Imagen](/uploads/5/4/0/0/54004143/published/wfls8gh2.jpg?1525640427)
Nombre: Melody (OCUPADA)
@Melody_wv
Avatar: Khloee Jae
Enfermedad Psicológica: Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Historia: Desde un principio, su padre odiaba a su madre, la maltrataba y abusaba de ella constantemente, y un día, ambos se llevaron la sorpresa, la pequeña Melody estaba en su vientre. Para la madre de la niña era como una bendición dentro de todo el calvario en el que vivía, pero su padre no opinaba igual, deseaba que se deshiciera del bebé, en cuanto naciese, no quería ni verle la cara a tal bicho, como él le llamaba. Pese a todo esto, la madre de Melody decidió que no podía dársela a nadie, deshacerse de ella como su esposo deseaba, así que simplemente la mandó a vivir con sus abuelos nada más nacer, esperando porque su marido jamás se enterase de lo que había hecho. Sus padres eran la excusa perfecta para ver a su pequeña sirena, así la había apodado tras ponerle aquel peculiar nombre que pertenecía a la niña de la sirenita. Estuvo visitándola a escondidas del padre durante 2 años, hasta que él finalmente se enteró de que la niña aún estaba en la familia, que aún vivía y obligó a la madre a llevarla a casa.
Melody comenzó a ser maltratada por su padre, a espaldas de su madre, la cual aún era maltratada por el hombre cuando estaba en casa. Ambas, madre e hija, vivían en un auténtico infierno. La niña, con tiempo y golpes, desarrolló un trastorno de estrés postraumático, causado tras una vez en la que su padre intentó ir más allá con ella y quiso violarla. Cuando cumplió sus 3 años y por fin pudo ir a la escuela sus profesoras se dieron cuenta que no quería acercarse a hombres, que cada vez que uno intentaba ayudarla ella lloraba, no soportaba que fuese tocada según en qué parte y que jamás sonreía, da igual lo que ocurriese. Esto fue notificado a la madre, que colocó cámaras ocultas en la casa y pudo descubrir lo que su marido le intentaba hacer la pequeña de 3 años.
Al descubrir las atrocidades fue a denunciarlas, no las suyas propias, si no lo que le hacía a la niña. Pronto, este se enteró de lo que su mujer había hecho, que le había denunciado y decidió castigarla de forma más dolorosa. Aunque lo que ella se esperaba era la muerte, no fue así, la que pagó todo fue su pequeña de ahora 4 años. Melody quedó en un profundo coma tras una fuerte paliza por parte de su padre, la cual, según él, fue peor por su propia resistencia a ella. Los médicos no daban buenas noticias a la familia de Melody, no parecía que iba a sobrevivir, apenas respiraba cuando había llegado al hospital aquella noche y mucho se temían los médicos que no pasaría de esa mencionada. Contra todo pronostico, y con el mote de la invencible tras ella, Melody despertó de su coma 6 meses después, con todas las heridas curadas, pero aún grandes secuelas psicológicas, que la afectaban aún más de lo que ya lo hacían.
Estaba en la noche de su cumpleaños número 5, su madre le había comprado una gran tarta y le había asegurado que su padre no aparecería en toda la noche, intentaba hacerla feliz, culpándose de todo lo que le pasaba a la pequeña. Le regaló un gran peluche de oso y le dijo que no debía separarse de él jamás. Aquella noche, su madre pudo ver la primera sonrisa de su hija, aunque no sabía que sería la última. Acostó a la niña tras una gran fiesta con sus abuelos y ella también fue a dormir. En mitad de la noche los gritos de su pequeña la despertaron y al entrar, se encontró con el padre, estrangulándola hasta matarla, solo que aquel día, la pequeña no murió, una puerta se abrió para ella, para entrar a un lugar donde siempre sería feliz, iba a entrar en Wishville.
Especie: Voodoo
Edad: 5 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 03/05/2018
@Melody_wv
Avatar: Khloee Jae
Enfermedad Psicológica: Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Historia: Desde un principio, su padre odiaba a su madre, la maltrataba y abusaba de ella constantemente, y un día, ambos se llevaron la sorpresa, la pequeña Melody estaba en su vientre. Para la madre de la niña era como una bendición dentro de todo el calvario en el que vivía, pero su padre no opinaba igual, deseaba que se deshiciera del bebé, en cuanto naciese, no quería ni verle la cara a tal bicho, como él le llamaba. Pese a todo esto, la madre de Melody decidió que no podía dársela a nadie, deshacerse de ella como su esposo deseaba, así que simplemente la mandó a vivir con sus abuelos nada más nacer, esperando porque su marido jamás se enterase de lo que había hecho. Sus padres eran la excusa perfecta para ver a su pequeña sirena, así la había apodado tras ponerle aquel peculiar nombre que pertenecía a la niña de la sirenita. Estuvo visitándola a escondidas del padre durante 2 años, hasta que él finalmente se enteró de que la niña aún estaba en la familia, que aún vivía y obligó a la madre a llevarla a casa.
Melody comenzó a ser maltratada por su padre, a espaldas de su madre, la cual aún era maltratada por el hombre cuando estaba en casa. Ambas, madre e hija, vivían en un auténtico infierno. La niña, con tiempo y golpes, desarrolló un trastorno de estrés postraumático, causado tras una vez en la que su padre intentó ir más allá con ella y quiso violarla. Cuando cumplió sus 3 años y por fin pudo ir a la escuela sus profesoras se dieron cuenta que no quería acercarse a hombres, que cada vez que uno intentaba ayudarla ella lloraba, no soportaba que fuese tocada según en qué parte y que jamás sonreía, da igual lo que ocurriese. Esto fue notificado a la madre, que colocó cámaras ocultas en la casa y pudo descubrir lo que su marido le intentaba hacer la pequeña de 3 años.
Al descubrir las atrocidades fue a denunciarlas, no las suyas propias, si no lo que le hacía a la niña. Pronto, este se enteró de lo que su mujer había hecho, que le había denunciado y decidió castigarla de forma más dolorosa. Aunque lo que ella se esperaba era la muerte, no fue así, la que pagó todo fue su pequeña de ahora 4 años. Melody quedó en un profundo coma tras una fuerte paliza por parte de su padre, la cual, según él, fue peor por su propia resistencia a ella. Los médicos no daban buenas noticias a la familia de Melody, no parecía que iba a sobrevivir, apenas respiraba cuando había llegado al hospital aquella noche y mucho se temían los médicos que no pasaría de esa mencionada. Contra todo pronostico, y con el mote de la invencible tras ella, Melody despertó de su coma 6 meses después, con todas las heridas curadas, pero aún grandes secuelas psicológicas, que la afectaban aún más de lo que ya lo hacían.
Estaba en la noche de su cumpleaños número 5, su madre le había comprado una gran tarta y le había asegurado que su padre no aparecería en toda la noche, intentaba hacerla feliz, culpándose de todo lo que le pasaba a la pequeña. Le regaló un gran peluche de oso y le dijo que no debía separarse de él jamás. Aquella noche, su madre pudo ver la primera sonrisa de su hija, aunque no sabía que sería la última. Acostó a la niña tras una gran fiesta con sus abuelos y ella también fue a dormir. En mitad de la noche los gritos de su pequeña la despertaron y al entrar, se encontró con el padre, estrangulándola hasta matarla, solo que aquel día, la pequeña no murió, una puerta se abrió para ella, para entrar a un lugar donde siempre sería feliz, iba a entrar en Wishville.
Especie: Voodoo
Edad: 5 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 03/05/2018
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Nombre: June Diora (OCUPADA)
@DxllWV
Avatar: Kendall Vertes
Enfermedad Psicológica: Esquizofrenia
Historia: June había nacido en la ciudad de Texas, en Estados Unidos el primer día del mes de junio, por lo que sus padres decidieron nombrarla June en honor a aquel mes.
June había comenzado su vida de lo más normal. Comenzó a hablar de manera tangible al primer año de edad y no tardó demasiado más en comenzar a caminar, explorando el mundo.
Se veía una niña completamente normal hasta que luego de su quinto año de edad comenzaron a notar cosas extrañas en ella.
Los niños pequeños sí suelen tener amigos imaginarios, pero estos no los aterran al punto de no dejarlos dormir.
Cada vez que a la niña le preguntaban qué sucedía, ella hablaba sobre ese amiga imaginaria suyo, que más que nada era descrita como una muñeca de tela con ojos de botón. Ella aseguraba que era real, que la aterraba por las noches y que le decía cosas feas.
La preocupación de sus padres no tardó en dejarse ver y fue llevada al psiquiatra, quien luego de un par de visitas pudo diagnosticarle un trastorno esquizofrénico severo.
La niña creció entre la preocupación de su padres y el rechazo de sus compañeros de clase por sospechar de su estado mental.
A los 12 años comenzó con comportamientos suicidas y dañándose a sí misma cuando se encontraba demasiado nerviosa, hasta que a los 15 años recién cumplidos realizó su primer intento fallido de suicidio.
Terminó en el hospital, completamente ensangrentada y débil, pero luego de algunos meses la dejaron volver, creyendo que lo mejor sería dejarla estar en casa con vigilancia completa.
La muñeca seguía apareciendo, seguía estando allí, diciéndole a la adolescente que esperara para estar sola, que se comportara para poder volver a intentarlo, y la espera terminó dos años después, cuando la muñeca le dijo que lo hiciera.
Esa fue la última vez que despertó en el mundo real, aunque seguía viva, estaba en coma.
En su sueño vio una puerta y ella no dudó en entrar, con la muñeca de trapo en la mano. Había comenzado una nueva vida para ella y su muñeca, su única amiga se había unido a ella.
Especie: Voodoo
Edad: 16 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 01/06/2014
@DxllWV
Avatar: Kendall Vertes
Enfermedad Psicológica: Esquizofrenia
Historia: June había nacido en la ciudad de Texas, en Estados Unidos el primer día del mes de junio, por lo que sus padres decidieron nombrarla June en honor a aquel mes.
June había comenzado su vida de lo más normal. Comenzó a hablar de manera tangible al primer año de edad y no tardó demasiado más en comenzar a caminar, explorando el mundo.
Se veía una niña completamente normal hasta que luego de su quinto año de edad comenzaron a notar cosas extrañas en ella.
Los niños pequeños sí suelen tener amigos imaginarios, pero estos no los aterran al punto de no dejarlos dormir.
Cada vez que a la niña le preguntaban qué sucedía, ella hablaba sobre ese amiga imaginaria suyo, que más que nada era descrita como una muñeca de tela con ojos de botón. Ella aseguraba que era real, que la aterraba por las noches y que le decía cosas feas.
La preocupación de sus padres no tardó en dejarse ver y fue llevada al psiquiatra, quien luego de un par de visitas pudo diagnosticarle un trastorno esquizofrénico severo.
La niña creció entre la preocupación de su padres y el rechazo de sus compañeros de clase por sospechar de su estado mental.
A los 12 años comenzó con comportamientos suicidas y dañándose a sí misma cuando se encontraba demasiado nerviosa, hasta que a los 15 años recién cumplidos realizó su primer intento fallido de suicidio.
Terminó en el hospital, completamente ensangrentada y débil, pero luego de algunos meses la dejaron volver, creyendo que lo mejor sería dejarla estar en casa con vigilancia completa.
La muñeca seguía apareciendo, seguía estando allí, diciéndole a la adolescente que esperara para estar sola, que se comportara para poder volver a intentarlo, y la espera terminó dos años después, cuando la muñeca le dijo que lo hiciera.
Esa fue la última vez que despertó en el mundo real, aunque seguía viva, estaba en coma.
En su sueño vio una puerta y ella no dudó en entrar, con la muñeca de trapo en la mano. Había comenzado una nueva vida para ella y su muñeca, su única amiga se había unido a ella.
Especie: Voodoo
Edad: 16 años
Bando: Eli (Reina)
Fecha de entrada a Wishville: 01/06/2014
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